lunes, 28 de enero de 2013

Navidad en Saarbrücken 2012


                                                               Navidad en Saarbrücken

 

Definitivamente, esta es una Navidad inusual… más inusual que lejana, aunque el  Atlántico se ponga en el medio.  Pensando en toda la familia que está en Buenos Aires, podría pensarse que sería colmada de nostalgia.  Yo creo que a la nostalgia hay que darle su lugar y también se puede sonreír. 
Mesa de navideña en nuestro departamento
La vuelta de tuerca ocurrió cuando en Nochebuena pasamos por la casa de un compañero de trabajo de mi esposo.  Vive a 3 cuadras de nuestro departamento.  Entre tantas costumbres nuevas, las personas de aquí, cenan más temprano que nosotros: alrededor de las 18 horas. 
Los renos, los compramos en Núremberg, el mercado de Navidad.
 
En Argentina, para aquel que no sepa, la hora de la cena es algo tan particular de cada familia que sería mentira si precisara una hora. Podría decirse que casi siempre es después de las 20 o 21 horas…o más tarde. Nosotros pasamos para brindar y saludar a las 20 horas.  Del grupo tan ameno que se encontraba en la casa, la mayoría éramos extranjeros.  La ONU Navideña entró en cesión: Inglaterra, Turquía, Alemania y Argentina.
El arbolito...ya tenía algunos regalitos. Papá Noel pasó unos días antes.


Hablamos el inglés con acentos…pero es tan hermoso poder entender al otro. Así transcurrieron más de una hora y media.  Entre risas y saludos de buenos deseos nos volvemos a casa…hay que preparar la cena.
¿No es linda esta esfera?

¡Ah! Pero no se preocupen tanto…Estrellita ya tenía todo bajo control. Nuestra cena de Nochebuena fue muy sencilla.  Siempre pensé que es más valioso el buen humor que la buena comida…y si cocinar me pone de mal humor, es fácil asignar prioridades…
Pruebas de que Estrellita cocinó.

Llegamos y pusimos a cocinar en dos sartenes, unos churrasquitos de pavo bastantes finitos.  En una sartén, agregué crema y champiñones, con sal, pimienta y nuez moscada. La ensalada…ya la compré hecha y además Germán lavó unas hojas de lechuga y unos tomates cherry para las niñas.

Por fácil que parezca, el tiempo voló.  Terminamos cenando minutos antes de las 23 horas. ¡La ensalada de frutas! ¡Me olvidaba! Ese clásico argentino no podía faltar. Y también el helado…aunque tengamos cero grados…no importa.
Las frambuesas....recuerdos de mi niñez.


Heladito....mmmm

Llegaron las 00 horas…y brindamos los 4.  El silencio en medio de la noche hace que la Nochebuena cobre otro sentido… Aquí no se tiran fuegos artificiales, por lo que todo es quietud y las personas concurren a las iglesias ya que celebran misa.  Eso fue lo inusual…en Argentina los estruendos de los petardos y las luces llenan el cielo, y las iglesias no celebran misa a esa hora.  El olor a pólvora se queda en las narices por unos minutos y los hospitales se preparan para recibir a los primeros heridos por pirotecnia. 
En Alemania no encontramos turrones ricos. Reemplazamos por chocolates.

Miro por la ventana…me imagino las luces, huelo la pólvora, me acuerdo de mi familia y brindo a su salud… en silencio.
Nuestro gato...jugando con los papeles de los regalos.

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