lunes, 28 de enero de 2013

Navidad en Saarbrücken 2012


                                                               Navidad en Saarbrücken

 

Definitivamente, esta es una Navidad inusual… más inusual que lejana, aunque el  Atlántico se ponga en el medio.  Pensando en toda la familia que está en Buenos Aires, podría pensarse que sería colmada de nostalgia.  Yo creo que a la nostalgia hay que darle su lugar y también se puede sonreír. 
Mesa de navideña en nuestro departamento
La vuelta de tuerca ocurrió cuando en Nochebuena pasamos por la casa de un compañero de trabajo de mi esposo.  Vive a 3 cuadras de nuestro departamento.  Entre tantas costumbres nuevas, las personas de aquí, cenan más temprano que nosotros: alrededor de las 18 horas. 
Los renos, los compramos en Núremberg, el mercado de Navidad.
 
En Argentina, para aquel que no sepa, la hora de la cena es algo tan particular de cada familia que sería mentira si precisara una hora. Podría decirse que casi siempre es después de las 20 o 21 horas…o más tarde. Nosotros pasamos para brindar y saludar a las 20 horas.  Del grupo tan ameno que se encontraba en la casa, la mayoría éramos extranjeros.  La ONU Navideña entró en cesión: Inglaterra, Turquía, Alemania y Argentina.
El arbolito...ya tenía algunos regalitos. Papá Noel pasó unos días antes.


Hablamos el inglés con acentos…pero es tan hermoso poder entender al otro. Así transcurrieron más de una hora y media.  Entre risas y saludos de buenos deseos nos volvemos a casa…hay que preparar la cena.
¿No es linda esta esfera?

¡Ah! Pero no se preocupen tanto…Estrellita ya tenía todo bajo control. Nuestra cena de Nochebuena fue muy sencilla.  Siempre pensé que es más valioso el buen humor que la buena comida…y si cocinar me pone de mal humor, es fácil asignar prioridades…
Pruebas de que Estrellita cocinó.

Llegamos y pusimos a cocinar en dos sartenes, unos churrasquitos de pavo bastantes finitos.  En una sartén, agregué crema y champiñones, con sal, pimienta y nuez moscada. La ensalada…ya la compré hecha y además Germán lavó unas hojas de lechuga y unos tomates cherry para las niñas.

Por fácil que parezca, el tiempo voló.  Terminamos cenando minutos antes de las 23 horas. ¡La ensalada de frutas! ¡Me olvidaba! Ese clásico argentino no podía faltar. Y también el helado…aunque tengamos cero grados…no importa.
Las frambuesas....recuerdos de mi niñez.


Heladito....mmmm

Llegaron las 00 horas…y brindamos los 4.  El silencio en medio de la noche hace que la Nochebuena cobre otro sentido… Aquí no se tiran fuegos artificiales, por lo que todo es quietud y las personas concurren a las iglesias ya que celebran misa.  Eso fue lo inusual…en Argentina los estruendos de los petardos y las luces llenan el cielo, y las iglesias no celebran misa a esa hora.  El olor a pólvora se queda en las narices por unos minutos y los hospitales se preparan para recibir a los primeros heridos por pirotecnia. 
En Alemania no encontramos turrones ricos. Reemplazamos por chocolates.

Miro por la ventana…me imagino las luces, huelo la pólvora, me acuerdo de mi familia y brindo a su salud… en silencio.
Nuestro gato...jugando con los papeles de los regalos.

viernes, 25 de enero de 2013

Luxemburgo, de shoping.

Luxemburgo shoping

29 de septiembre de 2012

 

¡Qué bárbaro! Se me pasó septiembre tan rápido.  Estamos en tareas preparativas para nuestro próximo viaje: Argentina.  Además del motivo “familiero”, iremos a la boda de una pareja amiga.  Esto amerita varios preparativos.  Pablo y Gisela se casan en octubre, de día.  Por lo que entre tantas cosas, Estrellita necesita un vestido y todo lo que conlleva decir “necesita un vestido”…

Desde hace un tiempo, venimos (porque Germancito sugiere también) pensando dónde iríamos a comprar el vestido. Al principio se nos ocurrió Milán.  Pero resulta ser un poquito lejos como para ir y volver en el día (Estrellita ya había averiguado las calles comerciales, tours de compras, etc).  Después se nos ocurrió  que podíamos aprovechar en París (está la famosa Galería Lafayette), pero no hubo tiempo para esas frivolidades…

Y en Saarbrücken no hay muchas tiendas de vestidos de fiesta.  O mejor dicho, hay…pero no me gustan. 

Casi nos olvidamos de un lugar…una capital escondida, la princesa menor de cinco hermanas esa que nadie le da bola a no ser que se mueran las mayores: Luxembourg. 

Estuvimos hace un mes allí.  Pero no prestamos atención a los comercios.  Estábamos muy ocupados viendo edificios, iglesias, balcones y escalones.
El valle...frondoso

Investigué en internet y encontré una página con todos los comercios de la ciudad.  Separado por rubros: ropa, carteras, zapatos, perfumería, joyas, regalos…etcétera. Como verán, se empieza por el vestido.

Una hora de viaje en auto, no es mucho.  Y así, el sábado emprendimos el viaje otra vez.  Llegamos y vimos la ciudad con otros ojos.  Nos recibió un caos de tránsito, con semáforos en rojo eterno. Es que no dejamos el auto en las afueras del centro.  Lo llevamos a un estacionamiento más cercano, porque los negocios están en la zona peatonal, en el corazón de la ciudad.
Techos de Luxemburgo




Estrellita ya tenía una listita de lugares a donde ir.  Aunque de tanto mirar en internet, estaba casi segura de empezar por un tal “Adolfo Dominguez”.  (“Vamos del Adolfo”….dijo Estrellita.).  Germán, trajo el mapa que usamos en nuestra primera visita. Y es un poco difícil encontrar las direcciones por acá.  Para empezar, las calles no son rectas y en dos o tres cuadras pueden cambiar de nombre.  De hecho, la calle que buscamos solo tiene 4 cuadras de largo.   Pasamos por la esquina del negocio y no nos dimos cuenta.  Estamos en la siguiente cuadra, de un lado dice 80 y en frente dice 11... ¡Ah, qué porquería!  ¡Y que te recontra a la Rúe de Curé 36! Ya estábamos echando culpas…o el mapa está mal, o la página de internet no está actualizada, o todos son unos idiotas.  ¿Nosotros no vimos el negocio? Eso no.

Postal de Luxemburgo

Volvimos sobre nuestros pasos, para ir por la segunda dirección…Hasta que llegamos a la esquina otra vez.  Justo ante nuestros ojos, Sara y yo dijimos ¿No será ese que dice AD? Ji ji ji.

¡Menos mal!  Entré con cara de “necesito ir al baño urgente”…y dije “Bon jour”  “I need a dress for a wedding at day”.  La vendedora me dijo: “Second floor”.  Nos dirigimos en pelotón hasta el segundo piso.  Vi el primero y aunque miré todos los que había en el lugar, me quedé con ese.  También  probé otro, pero no me gustó como quedaba.  Las nenas y Germán hacían de público.  Y la vendedora me ayudaba con el cierre y esas cosas.  Ahora bien, a esto le falta una carterita.  Y me mostraron una negra chiquitita con brillos en la hebilla. Y tendría que comprar zapatos…porque necesito… Justo, tenían como tres o cuatro modelos.  Me probé tres, pero me quedé con el primero que no me apreta en ninguna parte. 

Ahora sí, Germán sonreía, yo también, las nenas también.  No sé por qué sonreían ellos tres, pero yo estaba re-contenta con tantas cosas bonitas. Me atrevo a adivinar que las nenas, sonreían porque terminé rápido con mis compras y quizás fuéramos a Mc Donald.   Germán... ¿aplicará la filosofía “mejor reír que llorar”? No sé, es una conjetura mía.
El punto rojo...indica ¿Argentina? ¿Iguazú? ¿Formosa? ...


A las 13.30 horas ya tenía el temita resuelto.  Pudo ser peor.  Germán también pensó eso.  ¿?. Luego de un almuerzo fugaz, nos fuimos a caminar hacia la estación de tren, porque no llegamos la vez anterior. No nos perdimos de mucho. Resultó ser que la estación de tren es bastante chiquita. 
Estación de trenes de Luxemburgo
Techo de la estación de trenes



Retomamos una calle paralela con otros negocios, entramos a C&A y a una perfumería.  Ese día,  había un descuento del 20% o 30% en perfumes, pero no compramos nada.  Las nenas estaban interesadas probando perfumes.  Ms Dior, Fairy, La vida es Bella, otro  con una mariquita en el frasco (¡¡divino!!), otros con flores en los frascos…Todos los envases eran hermosos. 



Plaza sobre Av de la Liberté frente al museo del Banco

 

Ya por la tarde, pasamos por la plaza de los mártires otra vez, donde colocaron nuevas esculturas.
plaza de los Mártires


Entramos a la iglesia El Sagrado Corazón, muy sencilla pero también en la humildad está la belleza. En una ciudad recargada en dinero, lo sencillo es exótico.

Iglesia del Sagrado Corazón




Nos vamos a casa,  al shooping de Saarbrücken que tengo ganas de tomar un helado. Las nenas estaban cansadas, y nosotros también. Pero nos quedó un poco de energía para ver unas camperas. El otoño está más que presente, es necesario abrigarse.  Ahora sí, cada una con una bolsa nos vamos a casa.

PD.

Foto del vestido, los zapatos y la cartera (que no se ve) tomada en Argentina.
 

 

 

 

 

 

jueves, 24 de enero de 2013

Nürnberg, Deutschland. 2° parte.

Nürnberg: Mercado  de Navidad y Museo del Juguete
 
Domingo

Por la mañana, comprobamos nuestras sospechas: estamos “casi” en medio del bosque.  Es que el pueblo debe tener 10 manzanas con toda la furia, y este hotel está en el borde del pueblo.
Vista desde la ventana de nuestra habitación

Nos fuimos a desayunar.  Además de la calidez de la atención, lo lindo del lugar es que hay ositos de peluche en varios lados. Parece un hotel de juguetes.
Desayunador del hotel

¡A último momento, nos enteramos que el dueño del hotel sabe hablar español! El hombre vivió 3 años en Venezuela hace 20 años atrás.  ¡Ya sabemos para la próxima! Es que tenemos varios lugares que visitar por estos rumbos, podemos repetir el hotel.

 

De vuelta en Núremberg

Volvimos a Núremberg, creo que hoy hace más frío que ayer. Como es más temprano, pudimos dejar el auto en un estacionamiento más cercano…aunque igual, caminamos bastante.  Lo primero que vemos son las ruinas de la iglesia Santa Katharina, destruida en 1945 y que hoy se utiliza para eventos al aire libre.
Santa Katharina

Volvemos a cruzar por uno de los muchos puentes. La cantidad de gaviotas es llamativa.  Creo que estamos presenciando un cambio en las costumbres de estos animalitos. Se avivaron…y ya no emigran, porque en una ciudad como ésta, tienen asegurada la comida y se ve que el abrigo también.
Postal de Núremberg.

Las que flotan, son gaviotas.

Le sacamos una foto al termómetro en la plaza, sólo para comprobar lo que ya sentimos: -5 grados. Acá, la sensación coincide con la realidad.

El termómetro en la calle.


Volviendo por la peatonal, le saco una foto a un puesto de comida, ahora que todavía no hay tantos visitantes.
Uno de los tantos puestos de comida

Nos acercamos a una torre, por donde se puede ingresar al subte.  Delante de la torre, vemos el “Carrusel  del matrimonio” que representa los “altibajos del matrimonio”…. Estemmmm creo que es un poco exagerado, yo nunca vi dragones andando por casa.  Aunque ahora que lo pienso…Germán es dragón en el horóscopo chino… ¡Otra vez con China! ¡Esto es una conspiración! ¡Nos van a invadir los chinos y nadie hace nada! ¿Estrellita, te sentís bien vos? Sigamos caminando…
El carrusel del matrimonio, el lado del dragón.

Llegamos hasta la plaza St Jakobs.  Detrás de mí, se encuentra la iglesia San Jakobs, pero primero entramos a la iglesia San Elizabeth. La cual no pudimos evitar observar la cantidad de mármol rosado. Unas columnas hermosas se encuentran en ésta capillita preciosa.
St. Elizabeth
Interior de St. Elizabeth

Salimos y entramos a la iglesia de enfrente, San Jakobs. Una iglesia protestante, a la que…no pudimos sacar fotos, porque estaba prohibido. Siempre tan simpáticos.
St. Jakobs.

Nos acercamos a la muralla, para verla más de cerca. Ahora, nuestra siguiente visita es al museo del juguete.

 El museo del juguete
El museo del juguete.

A las puertas de una nevada, apuramos el paso hacia el Spielzeugmesueum.  Según el portal virtual que consulté antes de viajar, la entrada es gratuita.  Se ve que el portal está desactualizado.  No sólo porque la entrada tiene precio, sino que además…ahora que lo veo, ni siquiera la foto del edificio coincide con lo que vimos.   Quizás, el “bloguero” hace mucho que no va a Nürnberg.

Finalmente entramos. También está prohibido sacar fotos.  El edificio tiene tres pisos. En la planta baja, se observan juguetes muy antiguos hechos de terracota: un yo-yo y una muñeca. También hay maquetas y representaciones de ciudades.  Los muñecos son figuras hechas de madera y metal, la mayoría del 1800 y fines.  Ya se hacen presentes los famosos bloquecitos de madera, con los cuales se pueden armar castillos y puentes colgantes bastante largos (como 80 cm de longitud). Tiene un grado de complejidad mayor que los nuestros…porque algunos se unen con tarugos.

Pero también, aunque en menor proporción, figuras de cartón (muy bien conservadas) de los soldados (prusianos y franceses).  Jugar a los soldaditos, es un clásico.

 La ingenuidad me duró hasta el primer piso. Subimos por las escaleras, porque había más juguetes expuestos en las paredes. Las niñas tomaron el ascensor. Apenas puse un pie allí, comencé a leer un texto traducido al inglés.  En él decía, que entre el siglo XVI y el siglo XVIII se fabricaban muñecas para las niñas con la intensión de inculcarles desde chiquitas  las “buenas maneras” de llevar una familia.  Además del estómago…se me revolvió la cabeza. Tantos sentimientos encontrados: traición, estafa, manipulación, alegría (porque yo jugaba y en ese momento no se me pasó por la cabeza que eso era un “entrenamiento” para el futuro) y un pizquita de venganza. Sin embargo, en los siguientes tres pisos se podrán observar ejemplos abundantes de lo que explicaba el cartel. 

En el primer salón, vemos muñecas de diferentes tamaños.  Muy realistas, desde sus caras hasta su ropa.  Además, contamos con “casitas” de muñecas o mejor dicho “partes de casitas de muñecas”.  En su mayoría cocinas.  Casi todo es del siglo XIX. Por el trabajo y el detalle (la vajilla de las cocinas son de metal o porcelana, al igual que los cubiertos y demás cacharros) se tratan de juguetes muy caros.  Lo que impresionan son los juegos de té en miniaturas: teteras y tacitas del tamaño de las yemas de los dedos.  Hay “bebotes” que tienen dos caras: una que llora, la otra que ríe; la niña le gira la cabeza al bebote según su gusto.

Nos encontramos con algunos muñecos de trapo famosos: en una vitrina, tenemos a Mickey y Mini de 1930 y 1931. También los animalitos del “Libro de la Selva” (el oso Balú, el tigre Shere Khan y el orangután Rey Louie), el famoso Humpty Dumpty.  En otra vitrina, vemos un tigrecito a cuerda de 1902 que funciona (según el video que se muestra en la sala) muy despacito, pero se supone que camina. 

También están algunos muñecos de Teddy Bear, y algunas alcancías de lata con Donald y Mickey.  Y por supuesto, más muñecas vestidas con bordados y puntillas.

Muchos juguetes a cuerda: pajaritos y pequeños animales. También vemos antepasados de los juguetes a control remoto, ya que se pueden controlar sus movimientos ayudándose de pequeños fuelles y aire.

Pero veamos con qué se divertían los nenes.   Se ven las primeras valijitas de Dick Tracy, autitos que se arman, y las primeras estructuras para construir grúas, con tuercas, tornillos y pedazos de metales con muchos agujeros para realizar diferentes modelos. Se observa una Vuelta al Mundo, todo de principios de siglo XX.  Antes de eso, se ven juegos referidos a batallas, armado de puentes, castillos, elementos para jugar a “la oficina postal”. En otro salón, se ven miniaturas de máquinas de vapor, las primeras locomotoras y por supuesto maquetas enteras con estaciones de trenes y todo. No se preocupen chicas… para nosotras también se introdujeron innovaciones; además de la cocina, se suma el cuarto del planchado.  Las primeras planchas para niñas también se hacen presentes a principios del siglo XX.  No se asusten…que en un par de décadas se agranda la diversión: los primeros lavarropas automáticos también llegan al paraíso infantil femenino.

El siguiente piso, está dedicado a los juguetes fabricados después de 1945.  La introducción de las nuevas tecnologías (impulsada en primer lugar por las guerras) en los juguetes hizo que las maderas y las telas se dejaran de lado.  Se ven autos y aviones.  Hay una vitrina muy particular: Hitler también tenía su muñequito.  

Otros que hacen su aparición de forma más notoria  son “los juegos de mesa”. Qué, por supuesto…acá hagamos otro parate… porque habría que titular nuevamente ya que juegos de mesa hubo siempre…. (El ajedrez, las damas chinas…etc.) Pero en estos tiempos, surgen con mucha fuerza el Monopoly, y otro que se llama “Anti-monopoly”.  Otro juego, llamado Taktik es una mezcla de damas con ajedrez con piezas que se desplazan en un tablero cuadriculado. Lego se hace presente con sus primeros bloques. 

A medida que las vitrinas se terminan, ya comienzo a ver algunos juguetes coetáneos: una colección muy completa de He-man y She-ra.  Un muñeco de Alf comparte la vitrina con algunos personajes de la Guerra de las Galaxias. Las primeras computadoras para niños se amontonan en otra vitrina.  En otro salón, vemos los autos a control con cables.

Por suerte…el siglo XX es, sin lugar a dudas, un siglo de cambios culturales, de adelantos…y nosotras estamos salvadas: Barbie hace su aparición.  Puedo imaginar lo que pensarán las lectoras… yo también quería una Barbie cuando era chica… La aparición de la muñeca, puede tomarse como una muestra más de que no ha cambiado nada para nosotras, o verlo del lado amable, y pensar que es una muñeca con muchas profesiones y que le abren la posibilidad a las niñas de pensarse (soñarse) realizando tareas y profesiones a la par del hombre.

Ya…con el ánimo un poco más arriba del piso, pasamos a la parte de los “rodados” donde podemos apreciar los primeros “autos a pedales”.  No se preocupen chicas, para nosotras también hay rodados: los carritos para pasear a nuestros bebés,  hermosos con puntillas y tules.

Afuera, sigue nevando…salgamos igual, que tengo hambre.

El restaurant

El domingo no está tan convulsionado como el sábado. Por lo que en el restaurant no estaba tan lleno. Entramos a un restaurant italiano. Las niñas se pidieron una pizza y nosotros unos cappeletis de verdura. Entre tanto, la tormenta de nieve se ponía peor.  Todavía nos falta visitar el Castillo Imperial de Núremberg. Construido en 1050 y ha sido ocupado por diferentes emperadores del sacro imperio Germano, hasta 1571.

El Castillo

Llegando al castillo y caminando con un miedo creciente de pegarme un porrazo…estamos ante las puertas.  Son aproximadamente las 15 horas y hay que apurarse, ya que en época invernal hay muchos museos y otros puntos turísticos que cierran a las 16 horas. 

Entrada al castillo


 Es decir, las boleterías cierran a esa hora y después de algunos minutos se cierra todo.  Con dos horas y media de empezada la nevada, Núremberg se ve así.
Vista de Núremberg desde el castillo.

Nos apuramos a sacar unas entradas, para visitar el museo de armaduras y parte del castillo. Dejamos otras excursiones para la próxima vez, ya que no nos alcanza el tiempo. La señora de la caja, nos indica que la última visita guiada (Para visitar los castillos, es muy frecuente que las visitas sean sólo con guía.) es a las 16.15 horas. Hasta ese horario, nos dedicamos a visitar el museo donde vimos armaduras de diferentes épocas, espadas, accesorios para los caballos, algunos telescopios y medallas.

Cuando llegó la hora, nos presentamos en el hall para iniciar la visita…y cuando nos dirigíamos con los demás, el señor guía nos miró y nos dijo que quizás la visita guiada fuera inútil ya que es en alemán.  Nosotros nos miramos…y nos extrañó muchísimo que nos vendieran la entrada (hablamos en inglés) ¡¡ y no nos aclararan que la visita es en alemán!! Estrellita estallaba en cólera…por lo que se le trababan todos los idiomas juntos.  ¡¡Germán, quejate!! ¡¡Quejate, Germán!! Y fuimos nuevamente a la oficina. 

¿Y qué se puede esperar de semejante atropello contra las ganas de unos turistas que llegan a último momento y que sólo quieren disfrutar de los castillos que ellos tienen? Obvio, lo que yo esperaba…muchas disculpas, el regalo de un libro sobre la historia del castillo en inglés, el ofrecimiento de llevarnos ellos mismos a recorrer… junto con la promesa de audio guías en varios idiomas para el próximo año.  Pero nosotros no somos turistas fáciles… ¡Ah no! ¡Hay que romper todo! ¡¡¡ ¿Pará Estrellita, dónde crees que estás?!!!  ¡Hace seis meses que estás acá y todavía no se te fueron esos modales!! No, gracias…respondimos (por la invitación a recorrer con ellos el castillo) ya era bastante tarde y había que volver.  Entonces nos regalaron otras entradas para subir a la torre… Bueno, aceptamos…tampoco hay que ponerse difícil. 

Así que caminamos hasta la otra punta y subimos a la Torre.  Tres o cuatro pisos de una escalera caracol que marea…para llegar hasta la punta y que el viento me escupa la nieve en la cara. Sacamos unas fotos antes de congelarnos y ya comenzamos a bajar.
La torre.

Hay que comprar algunos adornos navideños y volver al estacionamiento.  Es tan grande este mercado, que hoy encontramos un carrusel, mejor dicho, una plaza entera que no vimos ayer. Le sacamos fotos a la fachada de algunos puestos navideños, ya que son muy bonitos. 
¡¡¡Un carrusel!!!
Fachada de un puesto navideño
Otra fachada de un puesto navideño ¿No es tierno?


Nos alejamos de centro, la nieve me está tapando las zapatillas.

La nieve...en mi bufanda rosa. Ya es mucha nieve.

San Sebaldo con nieve


A pesar de los neumáticos para la nieve…la calzada está muy resbalosa. Igual, el autito se la banca.  Le sacamos una foto panorámica a la estación de trenes, y la verdad está todo gris.  Me siento como si estuviera en medio de una guerra…es una impresión.
En el fondo...la estación de trenes.
Las 16.30 horas apróximadamente...

Nos fuimos a las 16.15 horas de Núremberg…y llegamos a las 21 horas a casa.   Recorrimos 350 kilómetros con nieve casi todo el camino (las palas mecánicas, trabajando constantemente).  Vimos cuatro o cinco autos que se “resbalaron” de la calzada, pero sin cierre de carriles.  Lo que es la responsabilidad al conducir…

Le debemos una visita más Núremberg, pero en primavera.

 

miércoles, 23 de enero de 2013

Nürnberg, Deutschland. 1° parte.


Nürnberg (Núremberg): Mercado de Navidad

8 y 9 de diciembre de 2012

Sábado

Nos levantamos temprano el sábado por la mañana, ya que nos espera un largo camino por recorrer: 350 kilómetros…más o menos. El viaje es muy agradable, como ya estamos acostumbrados.  Con música y galletitas nos vamos acercando a Núremberg. También como es costumbre, buscamos un estacionamiento.  Y justamente, aquello a lo que no estábamos acostumbrados fue precisamente la dificultad para encontrar un estacionamiento disponible en el centro de la ciudad.

Todos nos pusimos de acuerdo para estar aquí, en Núremberg. El tránsito estaba trabado, y la gente salía de todas partes.  No por nada, el mercado de Navidad es de los más famosos en el mundo.  En 25 días…reciben la visita de dos millones de personas.  No sé, en qué momento Estrellita, pensabas que al segundo fin de semana iba a haber poca gente.

Finalmente, encontramos un estacionamiento bastante alejado del centro.  Entre 10 y 12 cuadras. Y para coronar…llegamos al mediodía, con mucha hambre.

Las nenas vieron un Ford Mustang y le sacaron foto.

El Mustang


Desde aquí, comienza nuestra helada travesía hacia el mercado de Navidad.  Entre tantos escenarios que anuncian la cercanía al mercado, nos encontramos con parte de la muralla de la ciudad.

Muralla de la ciudad.

Muralla de la ciudad

 Caminamos hasta una zona peatonal. Muchas fuentes, ya secas porque es peligroso que tengan agua en temporada invernal.
Una de las fuentes.

De frente, ya nos encontramos con la Iglesia San Lorenzo, de las más bonitas que hay,  del año 1290. Pero seguramente, volveremos a pasar por aquí.

Iglesia de San Lorenzo

Ahora, debemos buscar la oficina de turismo.  Necesitamos un mapa urgente y para eso, debemos cruzar el mercado…a lo lejos se ven las olas de gente que comienza a amontonarse…justo lo que Estrellita no quiere…
La Navidad está por todas partes.
La cantidad de gente en el mercado de Navidad

En medio de tanta gente, le sacamos fotos a la iglesia Nuestra Señora justo frente al mercado. Desde aquí, se ven el sin fin de lonas de los puestos.

Iglesia Nuestra Señora


En medio de ese mar, se puede distinguir  “La fuente hermosa” construida (su primera versión) entre 1385 y 1396. Los pedazos de la original se guardan en el museo Germánico Nacional y en su lugar, hay una copia desde 1902.   Cada lugar, tiene alguna leyenda, hechizo, cosita…que hace de ese lugar único.  En este caso, nos encontramos con que esta fuente, tiene una argolla… ¡Ah! ¡Pero no una argolla cualquiera! En otros blog se lo menciona de otra forma, se lo conoce como “el famoso anillo giratorio de latón”. En fin, llamémosle como queramos, en mi caso “el barril sin fondo de latón” el cual, si uno lo toca y le gira mientras formula un deseo…se le cumple.  Hoy, no es el día para acercarse a la fuente.  Hay mucha gente.  Además, si me acercara el único deseo que se me ocurre es: ¡¡¡“Que se vayan todos de la plaza, por favor!!!”. Menos mal que no llegué a la fuente. 

La fuente hermosa


 Y otro detallecito además de mucha gente, eran muchas tazas de vino caliente humeando.  El olor a vino era muy fuerte.

Acá no se ven las tazas...¡pero cuánta gente!
 
Llegamos hasta la oficina de turismo y con un mapa en español, decidimos buscar un restaurant para almorzar. Si buscar un estacionamiento fue difícil, el restaurant fue peor. No había una mesa vacía en manzanas a la redonda.  Y sin contar el sin número de puestos de comida con que cuenta el mercado de Navidad. 

Vista desde uno de los puentecitos de Núremberg


Pero Estrellita, no estaba dispuesta a almorzar parada.  No, no, no. ¡Hace frío! ¡Me quiero sentar!  Chillaba Estrellita. Y con cierto desánimo, nos íbamos alejando más del centro,  camino al estacionamiento (que tanto nos costó conseguir) para ir a buscar un lugar más apropiado.  Hasta que pasamos por un restaurant con banderas españolas que promovía carne “argentina”.  Y entramos.  No hizo falta llegar al auto. ¡Qué rico todo!

Sí, hay gaviotas en invierno.


Otra "postal" de Núremberg

Volvimos a la plaza, y desde una especie de balcón se puede ver la cantidad de puestos navideños y la dimensión de este mercado.  En algunos puestos, es muy difícil acercarse, porque hay mucha gente. Y los precios, un poquito salados: 24 euros una esfera pintada…es muy hermosa, pero igual es muy cara. Por supuesto, hay adornos más baratos.
Las lonas de los puestos de navideños y la iglesia Nuestra Señora.

Seguimos caminando, para desembocar en otra pequeña plaza donde hay puestos internacionales.  Por ejemplo, China (¿?) que como todos sabemos, su tradición navideña data de la dinastía Ming… ¿Ah, no? ¿No era así? ¡Ay bueno, Estrellita! ¡Dejate de joder! ¿Vos también te vas a poner a cuestionar todo? ¡Ahora falta que me digas que Papá Noel no es argentino y que fue una imposición del extranjero!
Este es el puesto de Israel, por ejemplo.

¡Qué vivan las bolas de Navidad, entonces! Aunque la mayoría de estos puestos ofrecen bebidas alcohólicas y alimentos en conserva característicos del lugar.

Con el frío carcomiendo nuevamente, nos refugiamos en el Antiguo Ayuntamiento. Donde vemos algunas de las joyas de la corona de los Bayern. Comprobamos que los dedos pudiéramos mover, y volvimos a salir.
Interior del Ayuntamiento


Interior del Ayuntamiento

Nos encontramos con la iglesia de San Sebaldo.  Nunca escuché de este Santo.  Y eso es, porque investigando un poquín (Wikipedia) no hay datos ciertos de la existencia del Santo.  O sea, esta es una muestra más de fe… Una iglesia consagrada a alguien que no se sabe si existió… En fin Estrellita, no viniste acá  para andar avivando giles… deja las cosas como están.  Igual, entramos.  El microclima está divino, nos sentamos un rato a escuchar la música.
 
Iglesia San Sebaldo

Interior de San Sebaldo
Interior de San Sebaldo

Ya nos estamos despidiendo de nuestro primer día. Sacamos algunas fotos de Núremberg de noche. Todavía nos faltan 30 kilómetros hasta llegar al hotel.
Núremberg de noche


Núremberg de noche

El mercado de Navidad de noche.

El hotel

Por un camino bien oscuro (las rutas por lo general no están iluminadas pero sí señalizadas) tuvimos la leve impresión de que el hotel quedaba en medio del bosque… Cuando llegamos, un Golden precioso nos recibió en la recepción. En este caso, este hotel cuenta con restaurante, por lo que cenamos allí mismo.

Habitación del hotel.

Todo muy rico, también.  Yo pedí un panqueque de verdura (eran como 3 de los que preparo yo) y apenas me quedó lugar para el heladito…no se me iba a escapar la oportunidad.