jueves, 24 de enero de 2013

Nürnberg, Deutschland. 2° parte.

Nürnberg: Mercado  de Navidad y Museo del Juguete
 
Domingo

Por la mañana, comprobamos nuestras sospechas: estamos “casi” en medio del bosque.  Es que el pueblo debe tener 10 manzanas con toda la furia, y este hotel está en el borde del pueblo.
Vista desde la ventana de nuestra habitación

Nos fuimos a desayunar.  Además de la calidez de la atención, lo lindo del lugar es que hay ositos de peluche en varios lados. Parece un hotel de juguetes.
Desayunador del hotel

¡A último momento, nos enteramos que el dueño del hotel sabe hablar español! El hombre vivió 3 años en Venezuela hace 20 años atrás.  ¡Ya sabemos para la próxima! Es que tenemos varios lugares que visitar por estos rumbos, podemos repetir el hotel.

 

De vuelta en Núremberg

Volvimos a Núremberg, creo que hoy hace más frío que ayer. Como es más temprano, pudimos dejar el auto en un estacionamiento más cercano…aunque igual, caminamos bastante.  Lo primero que vemos son las ruinas de la iglesia Santa Katharina, destruida en 1945 y que hoy se utiliza para eventos al aire libre.
Santa Katharina

Volvemos a cruzar por uno de los muchos puentes. La cantidad de gaviotas es llamativa.  Creo que estamos presenciando un cambio en las costumbres de estos animalitos. Se avivaron…y ya no emigran, porque en una ciudad como ésta, tienen asegurada la comida y se ve que el abrigo también.
Postal de Núremberg.

Las que flotan, son gaviotas.

Le sacamos una foto al termómetro en la plaza, sólo para comprobar lo que ya sentimos: -5 grados. Acá, la sensación coincide con la realidad.

El termómetro en la calle.


Volviendo por la peatonal, le saco una foto a un puesto de comida, ahora que todavía no hay tantos visitantes.
Uno de los tantos puestos de comida

Nos acercamos a una torre, por donde se puede ingresar al subte.  Delante de la torre, vemos el “Carrusel  del matrimonio” que representa los “altibajos del matrimonio”…. Estemmmm creo que es un poco exagerado, yo nunca vi dragones andando por casa.  Aunque ahora que lo pienso…Germán es dragón en el horóscopo chino… ¡Otra vez con China! ¡Esto es una conspiración! ¡Nos van a invadir los chinos y nadie hace nada! ¿Estrellita, te sentís bien vos? Sigamos caminando…
El carrusel del matrimonio, el lado del dragón.

Llegamos hasta la plaza St Jakobs.  Detrás de mí, se encuentra la iglesia San Jakobs, pero primero entramos a la iglesia San Elizabeth. La cual no pudimos evitar observar la cantidad de mármol rosado. Unas columnas hermosas se encuentran en ésta capillita preciosa.
St. Elizabeth
Interior de St. Elizabeth

Salimos y entramos a la iglesia de enfrente, San Jakobs. Una iglesia protestante, a la que…no pudimos sacar fotos, porque estaba prohibido. Siempre tan simpáticos.
St. Jakobs.

Nos acercamos a la muralla, para verla más de cerca. Ahora, nuestra siguiente visita es al museo del juguete.

 El museo del juguete
El museo del juguete.

A las puertas de una nevada, apuramos el paso hacia el Spielzeugmesueum.  Según el portal virtual que consulté antes de viajar, la entrada es gratuita.  Se ve que el portal está desactualizado.  No sólo porque la entrada tiene precio, sino que además…ahora que lo veo, ni siquiera la foto del edificio coincide con lo que vimos.   Quizás, el “bloguero” hace mucho que no va a Nürnberg.

Finalmente entramos. También está prohibido sacar fotos.  El edificio tiene tres pisos. En la planta baja, se observan juguetes muy antiguos hechos de terracota: un yo-yo y una muñeca. También hay maquetas y representaciones de ciudades.  Los muñecos son figuras hechas de madera y metal, la mayoría del 1800 y fines.  Ya se hacen presentes los famosos bloquecitos de madera, con los cuales se pueden armar castillos y puentes colgantes bastante largos (como 80 cm de longitud). Tiene un grado de complejidad mayor que los nuestros…porque algunos se unen con tarugos.

Pero también, aunque en menor proporción, figuras de cartón (muy bien conservadas) de los soldados (prusianos y franceses).  Jugar a los soldaditos, es un clásico.

 La ingenuidad me duró hasta el primer piso. Subimos por las escaleras, porque había más juguetes expuestos en las paredes. Las niñas tomaron el ascensor. Apenas puse un pie allí, comencé a leer un texto traducido al inglés.  En él decía, que entre el siglo XVI y el siglo XVIII se fabricaban muñecas para las niñas con la intensión de inculcarles desde chiquitas  las “buenas maneras” de llevar una familia.  Además del estómago…se me revolvió la cabeza. Tantos sentimientos encontrados: traición, estafa, manipulación, alegría (porque yo jugaba y en ese momento no se me pasó por la cabeza que eso era un “entrenamiento” para el futuro) y un pizquita de venganza. Sin embargo, en los siguientes tres pisos se podrán observar ejemplos abundantes de lo que explicaba el cartel. 

En el primer salón, vemos muñecas de diferentes tamaños.  Muy realistas, desde sus caras hasta su ropa.  Además, contamos con “casitas” de muñecas o mejor dicho “partes de casitas de muñecas”.  En su mayoría cocinas.  Casi todo es del siglo XIX. Por el trabajo y el detalle (la vajilla de las cocinas son de metal o porcelana, al igual que los cubiertos y demás cacharros) se tratan de juguetes muy caros.  Lo que impresionan son los juegos de té en miniaturas: teteras y tacitas del tamaño de las yemas de los dedos.  Hay “bebotes” que tienen dos caras: una que llora, la otra que ríe; la niña le gira la cabeza al bebote según su gusto.

Nos encontramos con algunos muñecos de trapo famosos: en una vitrina, tenemos a Mickey y Mini de 1930 y 1931. También los animalitos del “Libro de la Selva” (el oso Balú, el tigre Shere Khan y el orangután Rey Louie), el famoso Humpty Dumpty.  En otra vitrina, vemos un tigrecito a cuerda de 1902 que funciona (según el video que se muestra en la sala) muy despacito, pero se supone que camina. 

También están algunos muñecos de Teddy Bear, y algunas alcancías de lata con Donald y Mickey.  Y por supuesto, más muñecas vestidas con bordados y puntillas.

Muchos juguetes a cuerda: pajaritos y pequeños animales. También vemos antepasados de los juguetes a control remoto, ya que se pueden controlar sus movimientos ayudándose de pequeños fuelles y aire.

Pero veamos con qué se divertían los nenes.   Se ven las primeras valijitas de Dick Tracy, autitos que se arman, y las primeras estructuras para construir grúas, con tuercas, tornillos y pedazos de metales con muchos agujeros para realizar diferentes modelos. Se observa una Vuelta al Mundo, todo de principios de siglo XX.  Antes de eso, se ven juegos referidos a batallas, armado de puentes, castillos, elementos para jugar a “la oficina postal”. En otro salón, se ven miniaturas de máquinas de vapor, las primeras locomotoras y por supuesto maquetas enteras con estaciones de trenes y todo. No se preocupen chicas… para nosotras también se introdujeron innovaciones; además de la cocina, se suma el cuarto del planchado.  Las primeras planchas para niñas también se hacen presentes a principios del siglo XX.  No se asusten…que en un par de décadas se agranda la diversión: los primeros lavarropas automáticos también llegan al paraíso infantil femenino.

El siguiente piso, está dedicado a los juguetes fabricados después de 1945.  La introducción de las nuevas tecnologías (impulsada en primer lugar por las guerras) en los juguetes hizo que las maderas y las telas se dejaran de lado.  Se ven autos y aviones.  Hay una vitrina muy particular: Hitler también tenía su muñequito.  

Otros que hacen su aparición de forma más notoria  son “los juegos de mesa”. Qué, por supuesto…acá hagamos otro parate… porque habría que titular nuevamente ya que juegos de mesa hubo siempre…. (El ajedrez, las damas chinas…etc.) Pero en estos tiempos, surgen con mucha fuerza el Monopoly, y otro que se llama “Anti-monopoly”.  Otro juego, llamado Taktik es una mezcla de damas con ajedrez con piezas que se desplazan en un tablero cuadriculado. Lego se hace presente con sus primeros bloques. 

A medida que las vitrinas se terminan, ya comienzo a ver algunos juguetes coetáneos: una colección muy completa de He-man y She-ra.  Un muñeco de Alf comparte la vitrina con algunos personajes de la Guerra de las Galaxias. Las primeras computadoras para niños se amontonan en otra vitrina.  En otro salón, vemos los autos a control con cables.

Por suerte…el siglo XX es, sin lugar a dudas, un siglo de cambios culturales, de adelantos…y nosotras estamos salvadas: Barbie hace su aparición.  Puedo imaginar lo que pensarán las lectoras… yo también quería una Barbie cuando era chica… La aparición de la muñeca, puede tomarse como una muestra más de que no ha cambiado nada para nosotras, o verlo del lado amable, y pensar que es una muñeca con muchas profesiones y que le abren la posibilidad a las niñas de pensarse (soñarse) realizando tareas y profesiones a la par del hombre.

Ya…con el ánimo un poco más arriba del piso, pasamos a la parte de los “rodados” donde podemos apreciar los primeros “autos a pedales”.  No se preocupen chicas, para nosotras también hay rodados: los carritos para pasear a nuestros bebés,  hermosos con puntillas y tules.

Afuera, sigue nevando…salgamos igual, que tengo hambre.

El restaurant

El domingo no está tan convulsionado como el sábado. Por lo que en el restaurant no estaba tan lleno. Entramos a un restaurant italiano. Las niñas se pidieron una pizza y nosotros unos cappeletis de verdura. Entre tanto, la tormenta de nieve se ponía peor.  Todavía nos falta visitar el Castillo Imperial de Núremberg. Construido en 1050 y ha sido ocupado por diferentes emperadores del sacro imperio Germano, hasta 1571.

El Castillo

Llegando al castillo y caminando con un miedo creciente de pegarme un porrazo…estamos ante las puertas.  Son aproximadamente las 15 horas y hay que apurarse, ya que en época invernal hay muchos museos y otros puntos turísticos que cierran a las 16 horas. 

Entrada al castillo


 Es decir, las boleterías cierran a esa hora y después de algunos minutos se cierra todo.  Con dos horas y media de empezada la nevada, Núremberg se ve así.
Vista de Núremberg desde el castillo.

Nos apuramos a sacar unas entradas, para visitar el museo de armaduras y parte del castillo. Dejamos otras excursiones para la próxima vez, ya que no nos alcanza el tiempo. La señora de la caja, nos indica que la última visita guiada (Para visitar los castillos, es muy frecuente que las visitas sean sólo con guía.) es a las 16.15 horas. Hasta ese horario, nos dedicamos a visitar el museo donde vimos armaduras de diferentes épocas, espadas, accesorios para los caballos, algunos telescopios y medallas.

Cuando llegó la hora, nos presentamos en el hall para iniciar la visita…y cuando nos dirigíamos con los demás, el señor guía nos miró y nos dijo que quizás la visita guiada fuera inútil ya que es en alemán.  Nosotros nos miramos…y nos extrañó muchísimo que nos vendieran la entrada (hablamos en inglés) ¡¡ y no nos aclararan que la visita es en alemán!! Estrellita estallaba en cólera…por lo que se le trababan todos los idiomas juntos.  ¡¡Germán, quejate!! ¡¡Quejate, Germán!! Y fuimos nuevamente a la oficina. 

¿Y qué se puede esperar de semejante atropello contra las ganas de unos turistas que llegan a último momento y que sólo quieren disfrutar de los castillos que ellos tienen? Obvio, lo que yo esperaba…muchas disculpas, el regalo de un libro sobre la historia del castillo en inglés, el ofrecimiento de llevarnos ellos mismos a recorrer… junto con la promesa de audio guías en varios idiomas para el próximo año.  Pero nosotros no somos turistas fáciles… ¡Ah no! ¡Hay que romper todo! ¡¡¡ ¿Pará Estrellita, dónde crees que estás?!!!  ¡Hace seis meses que estás acá y todavía no se te fueron esos modales!! No, gracias…respondimos (por la invitación a recorrer con ellos el castillo) ya era bastante tarde y había que volver.  Entonces nos regalaron otras entradas para subir a la torre… Bueno, aceptamos…tampoco hay que ponerse difícil. 

Así que caminamos hasta la otra punta y subimos a la Torre.  Tres o cuatro pisos de una escalera caracol que marea…para llegar hasta la punta y que el viento me escupa la nieve en la cara. Sacamos unas fotos antes de congelarnos y ya comenzamos a bajar.
La torre.

Hay que comprar algunos adornos navideños y volver al estacionamiento.  Es tan grande este mercado, que hoy encontramos un carrusel, mejor dicho, una plaza entera que no vimos ayer. Le sacamos fotos a la fachada de algunos puestos navideños, ya que son muy bonitos. 
¡¡¡Un carrusel!!!
Fachada de un puesto navideño
Otra fachada de un puesto navideño ¿No es tierno?


Nos alejamos de centro, la nieve me está tapando las zapatillas.

La nieve...en mi bufanda rosa. Ya es mucha nieve.

San Sebaldo con nieve


A pesar de los neumáticos para la nieve…la calzada está muy resbalosa. Igual, el autito se la banca.  Le sacamos una foto panorámica a la estación de trenes, y la verdad está todo gris.  Me siento como si estuviera en medio de una guerra…es una impresión.
En el fondo...la estación de trenes.
Las 16.30 horas apróximadamente...

Nos fuimos a las 16.15 horas de Núremberg…y llegamos a las 21 horas a casa.   Recorrimos 350 kilómetros con nieve casi todo el camino (las palas mecánicas, trabajando constantemente).  Vimos cuatro o cinco autos que se “resbalaron” de la calzada, pero sin cierre de carriles.  Lo que es la responsabilidad al conducir…

Le debemos una visita más Núremberg, pero en primavera.

 

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