domingo, 28 de abril de 2013

Disneyland, París. 1/2


Disneyland París


20 y 21 de abril de 2013

Con la oportunidad de vivir un tiempo en Europa, hay un lugar al que siempre quise ir…Disneyland.  Tanta magia que vi por televisión  durante años quise vivirlo y esta vez, pude.

 Disneyland  Park París
 
Tomamos el ICE, tren de alta velocidad alemán y en dos horas llegamos a París. Esta vez, no hay museo, ni iglesia, ni monumento a los caídos, ni plaza…sólo quiero sonreír. Llegamos alrededor de las 23 horas, nos queda dormir y recargar energías para el sábado 20 de abril.

El parque Disney, está alejado del centro de París. Para llegar hasta allí, debemos tomar el subte y el tren (el común) y tras 40 minutos arribamos, puntuales a la hora de apertura: las 10 de la mañana.

Ya pasamos el control
Primero, hay un control de bolsos y carteras. Una vez adentro, hay otra puerta donde se realiza el control de las entradas.  Había mucha, mucha gente; sin embargo, el trámite no demora más de 15 o 20 minutos.

Yo no puedo dejar de sonreír. Pasamos el segundo control y ahora sí, el castillo de la bella durmiente frente a mí.  No hay más que decir…nada se parece a esto.

Castillo de la Bella Durmiente
Camino por la calle principal del parque, y todo está inundado de nostalgia.  Y la sensación de haber pertenecido a la década del 30 o 40 del siglo pasado.

Calle principal
El castillo se puede escuchar la canción principal de la película de La bella durmiente. Dan ganas de bailar, dan ganas de llorar, dan ganas de reír y soñar despierta. 

Interior del Castillo de la Bella Durmiente
Pasamos el castillo y nos subimos al primer juego, que tiene que ver con Blanca Nieves. Es un recorrido por diferentes escenas del cuento. Es para los niños más pequeños…o sea, puedo subir sin problemas.

Blanca Nieves
Con la misma lógica, la siguiente atracción corresponde a Pinocho y es muy emocionante (para mí) porque es un cuento conmovedor… y porque también observo por primera vez un holograma: el hada azul. Una de mis hadas preferidas.

Pinocho
Estrellita quiere emociones más fuertes…subamos a la calesita de Dumbo.  Todo es tan especial.

 
En la calesita de Dumbo


Ahora veremos a Mickey. Mientras esperamos por el sr Mouse, vemos algunas de sus actuaciones. Estuvimos una hora esperando…pero no importa.  Mickey es un ser maravilloso…es. Su naricita se mueve y con los niños es lo más dulce que hay. Para mí, todo es real…estuve ahí.

Gente, esperando ver al sr Mouse.
Yo no pude abrazarlo…no me animé, aunque sí le tiré besos. Es que de pronto me acordé que cumplo 34 años mañana…no creo que vuelva a suceder. La edad se olvida fácilmente aquí, quizás sea un hechizo de las hadas.

En el camerín de Mickey Mouse
Y para que las cosas sean más divertidas, me voy a perder en el laberinto de Alicia.  Nada mejor que tomar el té…. sin pensar el camino a seguir, aunque sea por un momento.

Laberinto de Alicia en el Pais de las Maravillas
Nos vamos a almorzar, y el Capitán Garfio salió a pasear. Los chicos quieren sacarse fotos.

Garfio...sin salida

Después del almuerzo, nos vamos a pasear por la atracción de Los Piratas del Caribe. Estuvimos caminando mucho hasta llegar a unos barcos y disfrutar de las escenas de las películas. El que diseñó todo el caminito para aminorar la espera se pasó de genio. La ambientación es increíble y los robots que acompañan las escenas son muy convincentes.

Piratas del caribe

En el interior de la gruta de Piratas del Caribe
Sin cansarnos de tanta aventura, ahora vamos  al tren de Indiana Jones. Y también, se repite la ilusión de entrar en la película…mirando las cosas de Indi.

En Indiana Jones
Ya tuvimos la primera aproximación de una “montaña rusa” propiamente dicha. Estamos preparados para Space Mountain.  Espectacular, es poco. La velocidad con que es impulsada la formación y la dosis extra de oscuridad, hace que el giro de 360 grados sea más temeroso de lo que parece.  Las luces acompañan y me obligan a no cerrar los ojos…la curiosidad le gana al susto.

Space Mountain
Al Nautilus vigilante, saludamos. Y también nos sacamos fotos con Eva y Wall-E.

El Nautilus

Wall-E
 Debemos “correr” hacia donde está Star Wars.  No había mucha descripción respecto de esta atracción. No sabía qué esperar.  Y me encontré con un simulador.  Yo creo que desde los 10 años que no me subía a uno. La experiencia en maravillosa…”viajamos” a la velocidad de la luz, esquivamos disparos en el espacio y también una lluvia de meteoritos. Sobrevolamos la Estrella de la muerte y volvimos sanos y salvos hasta la nave principal. Con el francés en los parlantes y el inglés en el subtítulo, todo se entiende perfectamente…y si no saben ninguno de los dos idiomas, no se preocupen porque van a entender igual.

 
Star Wars


Ya son las 19 horas…es tiempo del gran desfile. Las carrosas con los personajes más famosos de Disney y Pixar hacen su aparición. Yo saludo…porque son reales…acá nada es mentira y los finales felices no son un cuento.  Como dice la canción…

“Si a una estrella
pides tú,
un deseo con su luz
lo que pidas al soñar,
a ti vendrá”

Y un muñeco de madera, se convierte en niño de verdad…y vaya si será cierto: lo veo caminar y bailar frente a mí.

Pinocho bailando
¿Y qué más me puede enseñar un oso que sólo come miel? Pues mucho ha de saber, ya que puede enfrentarse con sus propios miedos e ir hasta el fin de una caverna oscura en busca de su amigo Cristopher Robin…a pesar del su propio temor no se amedrenta, y eso, vale mucho.

Winnie the Pooh
Y después de esa reflexión, un rey león que asume su responsabilidad ante su pueblo. ¿Acaso no repetimos todo el tiempo…eso de ser responsables? ¿Y qué más decía “El libro de la Selva”? ¿ Dejar ir a un hijo, es poca cosa…?

El Rey León
El libro de la selva
 
Me dice Germán, que hay gente a la que se le caen la lágrimas… ¿por qué será? Sólo son dibujos animados…

Pero esperen…no lloren todavía, ahí viene Peter Pan  para recordarnos que cuando uno es feliz se ríe tanto que se parece a una gallina cacareando…y sino, pregúntele a Mary Poppins…y verán que cantando todo se hace con el ánimo bien alto…sólo un poco de azúcar. Consejos...que seguro habremos escuchado por ahí…

Peter Pan
Mary Poppins
 
Y si les quedaba alguna duda, la última carroza del  desfile lleva a  Mickey, Minnie, Goofy, Donald, Chip y Dale,  que saludan y bailan sin parar. En París, hace 20 años que reparten alegría todos los días…porque mientras estemos vivos, lo mejor que podemos hacer es bailar.

Mickey y la banda...
Cierra el desfile Campanita como en cada película…como en cada ilusión.

Atrás en la carroza, se la ve a Campanita...chiquitiiiiiita..

¿Estrellita, lloraste vos? No…no podía llorar. La sonrisa me tapó los lagrimales.

 


Se termina el desfile y Germán me avisa que no vimos “La gruta del dragón”, en el castillo de la Bella Durmiente…hay que ir. Y ahora sí, hagamos silencio….porque no queda nadie si se llega a despertar esta bestia.

La gruta del dragón...Castillo de la Bella Durmiente
¿Y luego? ¡A las tazas locas de Alicia!

Las tazas locas
¿Y después? Hay que subir al Big Thunder Mountain… ¡chan! Tengamos una idea de lo que sería ir al Cañón del Colorado…cuanta emoción.

Big Thunder Mountain
Hay una casa…embrujada que nos atrae. Vamos hacia allá… aunque Estrellita no se asustó mucho. Supongo que para algunos, ver un fantasma con vestido de novia corriendo por los pasillos da miedo…ji ji ji…

La casa embrujada
¡Ya son pasadas las 21 horas! No puedo creer como se voló el tiempo. Hay que cenar y esperar el espectáculo de cierre a las 22 horas.

Cierre del parque.
La magia renace cada noche y uno no puede evitar alguna sacudida cuando las imágenes se suceden y se da cuenta que todo está guardado en el corazón. Cántenlo en el idioma que quieran… pero canten.

 
Disneyland Park, París.


 

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