viernes, 28 de marzo de 2014

Ámsterdam, Holanda. Parte 1.


Ámsterdam

2 de marzo de 2014

Otra ciudad, otra aventura… y si no hay una, la invento. Volvimos a rodar por las autopistas y llegamos sin problemas a la linda Ámsterdam.

El hotel es muy lindo, aunque tiene muchas ventanas… Es un exceso de ventanas diría yo. Sobre todo en el baño. Por suerte hay cortinas… y estamos en el octavo piso.
Hotel Blue Tower.

Hotel Blue Tower.
 

Tomamos un tranvía (van muy rápido los tranvías por estos lados). No hay máquinas expendedoras de boletos en las paradas: se compran arriba. Hay un puesto de boletero a mitad de la formación.  

El tranvía
Apenas subimos, el tranvía pegó una frenada que casi nos manda hasta la cabina del conductor. Aparentemente, se cruzó un ciclista… pero por suerte no pasó a mayores la cosa.

Bajamos frente a la iglesia Westerkerk. Diseñada por Hendrick de Keyser y construida por encargo del ayuntamiento de Ámsterdam entre 1620 y 1631. No fue la primera iglesia protestante de Ámsterdam, pero sí la más grande. Construida originariamente para el culto católico, pero fue ocupada por los protestantes durante la llamada furia iconoclasta de 1566 y desprovistas de altares e iconos religiosos.

iglesia Westerkerk.

iglesia Westerkerk.




Al lado de la iglesia Westerkerk.
http://es.wikipedia.org/wiki/Beeldenstorm (para saber qué fue la “furia iconoclasta”)



En la iglesia hay una placa con el nombre de Willy Alberti, quién fue un cantante popular nacido en Ámsterdam y se hizo muy famoso en cantando en alemán e italiano.
Placa de Willy Alberti.

 

Hoy, nuestro recorrido es corto, porque llegamos por la tarde. Vamos a dar una vuelta por los alrededores de la iglesia, y les voy a mostrar algunas postales un poco locas.
Edificios torcidos de la bella Ámsterdam

Museo del Tulipán. Hermoso.

Museo del queso. Hay museo para lo que quieran...

Una foto que hizo mi hija y me pareció hermosa postal.

Adornos en los balcones controversiales.

Adornos colgantes muy controversiales...

Esta casa sí me gustó.

Estamos haciendo tiempo, porque compramos las entradas para la Casa de Ana Frank y todavía tenemos unos minutos antes de ingresar. Es muy recomendable comprar las entradas por internet, porque la fila es muy larga… más de una cuadra.

En la casa de Ana Frank no se pueden sacar fotos… a menos que sean Beyoncé… entonces sí.  Qué cosa loca… ¡hacer diferencias justo en este lugar! No importa, vamos a lo que nos importa verdaderamente.
Casa de Ana Frank.



Visitamos la casa donde se escondió la familia Frank, junto con otra familia amiga y otra persona (también amigo de la familia) hasta que fueron descubiertos por los inspectores del SD, el servicio de seguridad alemán.  Nunca se ha podido descubrir quién los delató.

Me sorprendió lo bien que estaba diseñado el escondite. Pero claro, después de 2 años de cautiverio no importaba si el escondite fuera cómodo o  no… la vida era miserable, triste y desesperante. Ana, cuando ya no podía hacer nada más, se dedicaba a subir y bajar escaleras…
Casa de Ana Frank.

Les cuento que las escaleras a las que se refiere Ana, son muy incómodas y peligrosas. Muy empinadas, angostas y los escalones chicos… no sé cómo no se mataron de una caída.

El refugio, fue destruido por los nazis. Pero gracias  a la memoria de Otto Frank (padre de Ana y único sobreviviente del grupo), se pudo reconstruir y también, que nosotros pudiéramos conocer a través de su diario, la historia que se convertiría en la bandera del nunca más mundial.
Casa de Ana Frank.

Todo es muy triste… muy triste. Les dejo el link del museo,  tiene muchas imágenes e información muy interesante. Si tienen hijos adolescentes… o si algún adolescente está leyendo este relato, sería muy importante que se enterara de lo que sufrió Ana, una chica de su edad.


¿Cómo se sale de esto? Bueno, un poco de aire freso ayuda (Ana habla del aire puro, el cielo y las estrellas en su diario, la tranquilizaba). Hay bastante viento como para que pueda quejarme rápidamente de cualquier cosa.

Nos fuimos a cenar a un par de cuadras de allí. Acá también los platos son muy abundantes, ahora, deberemos caminar mucho para poder bajar todo eso.
Miren la carta del restaurant: postre Reina Máxima.

Llegamos hasta la Dam Square, les muestro algunas cosas.


 
Plaza Dam. Palacio Real de Ámsterdam.

Desde allí, descubrimos la zona de los restaurantes argentinos… ¡ay Máxima! ¡Que has hecho! Me cansé de sacar fotos a los restaurantes argentinos… Si tuviera que criticarles algo, sería que no son originales… Todos tienen la carta parecida. Y la verdad que, no vine a Ámsterdam para comer bife de chorizo con papas fritas a precios por encima de lo normal. Supongo que no pueden importar otros cortes… no estoy al tanto.
Restaurantes argentinos, al por mayor.

Restaurantes argentinos al por mayor.

Y de los restaurantes argentos al  barrio rojo estamos a pocos metros. Debo decir que, mi imaginación es un poco más salvaje que lo que encontré en “este barrio de mala nota” (parafraseando a Marge Simpson).
 Barrio Rojo

Los edificios de arquitectura parecida a la que vimos durante la tarde, tienen en la planta baja, vidrieras. Como si estuviéramos viendo ropa… con maniquís… vivos. ¡Eso es! ¡Vemos maniquíes vivos en una vidriera en construcción! Digo en construcción porque, hay “maniquís” en tanga y de corpiños minúsculos… ¿venderán la colección de Marcela Koury? Tendría que haberles preguntado.
Barrio Rojo.

Por lo pronto, yo veo mucha familia dando vueltas con sus hijos por acá. De hecho, nosotros estamos con nuestras hijas adolescentes caminando y viendo esta realidad que raya lo inverosímil… porque está despojada de indignidad… no es la prostituta que ejerce su oficio para sobrevivir, o por lo menos no es la imagen de la prostituta de Los Miserables.

No miramos mucho… Mejor dicho, no miré mucho. Son muy bellas las mujeres que se exponen por acá, pero igualmente… me da un poquito de pudor mirarlas.
Barrio Rojo.

¿Por qué esta situación puede resultar irrisoria? Bueno, yo les dije que los escaparates están a nivel de la calle… arriba son departamentos comunes y corrientes. Es así que por la mañana, volvimos a pasar y pudimos ver tiernas ancianas regando las plantitas del primer piso, colgando la ropa en el tender cerca de la ventana, un gatito que se asoma para ver a los pocos peatones que pudieran pasar a las 10 de la mañana… cosas normales, tan comunes como la prostituta que alquila el escaparate de su casa.

En una calle lateral al canal, se encuentra el Fo Guang Shan He Hua Temple, el más grande de Europa, de arquitectura de estilo china, es un templo donde se practica el budismo.
Fo Guang Shan He Hua Temple

He Hua significa “flor de loto” en chino.  Dentro, se encuentra la estatua de Kuan Yin Bodhisattva. Entre los muchos atributos diferentes en sus manos, se encuentra willow (¿se acuerdan de la película Willow?), es el que protege de los demonios y desastres naturales. ¡Y yo pensé que era un nombre para la película!

En la página oficial del templo hay muchas fotos que pueden ilustrar la vida del templo y de su comunidad.

http://www.ibps.nl/en/hehuatempel.htm (Templo Fo Guang Shan He Hua)

Volvemos al hotel… esta noche pasamos por diferentes escenarios que se dan en simultáneo: restaurantes, prostíbulos, templos religiosos, casas, palacio real, museos… todos en el mismo cuadro. De alguna forma, se pudieron combinar muchos colores.
Postal de Ámsterdam.
 

 

1 comentario:

  1. Buen Post!
    Amsterdam es una ciudad muy bella y más ahora en primavera cuando el tulipan está en todo su explosión.

    Una sorpresa la que me lleve al ver el Barrio Chino por primera vez durante una visita guiada con https://www.freetourenamsterdam.com/ cuando visitábamos el Barrio Rojo. Además es un lugar ideal para realizar compras y comer ya que hay muchos establecimientos.

    Aunque no fue el lugar de Ámsterdam que más me gustó si es cierto que tiene su encanto y que ya que estás por allí conviene visitar.

    Un saludo^^

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