miércoles, 16 de octubre de 2013

Die Situation.


Die Situation

Venía caminando por la avenida no tan principal pero bastante transitada de Saarbrücken. Ampliamente conocida por mí, ya que lo he hecho varias veces. Ese día, mis hijas volvieron en colectivo y yo, gracias a mi desprecio por el ejercicio físico, me impuse volver caminando a casa.

No me gusta ir al gimnasio, pero sí me gusta caminar. Sobre todo porque aprovecho para poner negro sobre blanco algunas ideas que van surgiendo por las noches…esas en las que no puedo dormir, inventando historias que por la mañana me parecen  de dudosa calidad.

Aunque después, mucho después, miro con ojos más benevolentes y puedo darles algún que otro revés para vestirlas de más interés y encanto.

Estoy a dos cuadras largas de llegar al túnel. Después de eso, es una cuadra interminable hasta llegar al camino peatonal, las escaleras, la puerta del cementerio, la casa que se vendió recientemente y ahora tiene el frente en obras, otra cuadra hasta el banco, cruzo otra calle ancha y sólo me quedan dos cuadras más hasta llegar al edificio de departamentos donde vivo.

Varias veces pensé en cruzar a través del cementerio, pero nunca encuentro el momento justo. Siempre estoy con los minutos contados. Y cuando no es eso…simplemente no tengo ganas de ensayar un nuevo camino. Menos de perderme en un cementerio, aunque sea de día.

Así estaba, en medio de mis conversaciones conmigo, cuando escucho una bicicleta detrás de mí. Todavía no puedo dominar mi susto, producto de un asalto violento hace diez años atrás, cuando un ladrón en bicicleta llegó por detrás y me agarró de los pelos tan violentamente que ya no necesitó mostrarme ningún arma para lograr que le entregara mi cartera.

Aun hoy, sigo escuchando el ruido de la cadena de la bici desacelerar su velocidad… Ese tic, tic, tic… y corre el sudor tan rápido por la espalda hasta mis axilas y pincha. Mi cara explota en rojo. Doy un salto imperceptible. Aunque mi rostro ya no conserva la expresión pensativa de hace un rato.

-¡Hallo! Un tipo en bicicleta, me dice.

-Hallo-, respondo muy extrañada aunque consciente de que en Alemania, la gente se saluda sin conocerse.

Yo continuaba caminando, aunque más lentamente. Él empezó a hablar en alemán.

-Sorry, I don’t speak German. Le respondí, pensando que con eso, ya me desharía de la tan molesta tarea de hablar otro idioma.

-Ok- respondió. Do you know this area?  Dijo amablemente.

Evidentemente, estoy ante un alemán (¿?) bilingüe.

-No-, respondí sin problemas. Después de todo, no conozco los nombres de las calles. No podría servir de ayuda.

-Where are you from? Arremetió mi interlocutor.

Ich komme aus Argentinien- Haciendo un esfuerzo por terminar este interrogatorio gratuito…

-Oh! I speak French and a little Italian…- 

-We speak Spanish… but some italian‘s words are similar… Y casi, podría haber ido a parar al cementerio… ¿no? Es lo que muchos llamarían “enterrarse uno mismo”.

Empezó la perorata con dónde él habitaba  no sé qué… y también más preguntas, como por ejemplo ¿Qué estaba haciendo yo en Alemania?

-My husband works in Ford Company. ¿Te queda claro, pibe? Me faltó agregar, pero no podía más entre mi inglés de mierda, el túnel que no alcanzaba más…y los nervios de un tipo en bicicleta del que no sé absolutamente nada, excepto que sabe inglés, un poco de francés e italiano. Aunque se ve que la indirecta no fue recibida.

-How long do you stay in Germany? Maybe you can teach me Spanish…

(Oh yeah…claro, como no…dejé los pañales ayer y el chupete el mes pasado) pero mi respuesta es otra. Oh! I can’t. I have 2 children and I don’t have time for that.

Entonces…con el túnel de marco…cambió la estrategia.

Do you like Pink Panther? Preguntó…mirando mi remera de la Pantera Rosa…

Yes, I like it.- ¿A dónde carajos querrá llegar este tipo?

Me too. If you like, we can see the movie in my DVD with a cup of coffe. I like Peter Sellers.

Mmmm (tono Marge Simpson). Ok… (What?)

And another thing.  Argentinian don’t sell all your products to USA. They are imperialism… You  must sell your cereal to China, to Russia…

Yes, yes… (Wahever…) you’re right.

See you!

Y agarró para el lado del cementerio…

Empecé a temblar y transpirar más de la cuenta. No sabía si caminaba rápido o trotaba despacio. En otros tiempos habría pensado que eso fue un intento de coqueteo, pero en ese momento lo único que se me ocurrió fue que había escapado de las manos de un psicópata.

¿Peter Sellers? ¿Flaco, sos un vampiro que hace 500 años no levanta minas? ¿Estados Unidos es el imperialismo? ¿Y Alemania qué carajos es? ¿Comunista, feudal o vive de la simpatía de los demás?

Lo único que gané, fue una excusa más para no ir por el cementerio…Ya lo decía Caperucita  desde la Edad Media…”si ves un pelotudo que te habla de la pantera rosa, vos seguí de largo”. Por fin, pude aplicar el consejo.

 

 

 

 

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