viernes, 14 de diciembre de 2012

Lachen Speyerdorf, Deutschland.

Lachen Speyerdorf
1/9/2012
Hoy no habrá muchas descripciones…no porque no hubiéramos visto cosas dignas de describir…simplemente no sé los modelos de los aviones que vimos.  Acá, habrá que pedir ayuda al ingeniero para que les ponga el nombre a todos las máquinas que fotografiamos.
Bien temprano nos levantamos porque Germán quería ver despegar el Ju52, un avión con hélices y todavía hace vuelos civiles como paseos turísticos. Salía a las 10 horas por lo que a las 7.30 horas ya estábamos arriba.

Esta vez, las nenas decidieron cambiar el repertorio musical…y pusieron a Metallica… Por suerte la somnolencia de la mañana hizo lo suyo y aguantaron unos cinco o seis temas.  Luego todo volvió a sus carriles normales: Lady Gaga.
Elegimos el camino más corto, pero no el más rápido.  Llegamos al pueblo para las 10 horas pero no fue tan fácil hallar el aeropuerto.  Este día, el aeropuerto del lugar cumplía 100 años y decidió festejarlo con una exposición aérea. 
Llegamos a un descampado (el aeropuerto, ji ji ji) desde donde se podía divisar alguna iglesia a lo lejos y otros techos.  De fondo, unos cerros salpicados de niebla. Nos tocó un día nublado, y en medio del campo hay un par de grados menos y unas ráfagas de más….
Como es de esperarse, el vuelo partió a horario y por lo tanto,  nosotros no lo vimos irse.  Por suerte, lo vimos aterrizar y después nos enteramos que hace vuelos a cada hora…por lo tanto, no era necesario levantarse tan temprano.  Quizás, fue la letra chica que no leímos.
Pero bueno, ya estábamos allí así que nos dedicamos a ver aviones.  Y también vimos….aviones. Otra cosa que vimos…eran unas máquinas con alas, eran…. Mmm no me acuerdo, ¡ah sí, aviones! Y después había un salón con fotos de Zepelines, postales enviadas por transporte aéreo (con sus sellos que certifican las travesías desde USA a Europa), el boleto en Zeppelín, fotos de gente (pasajeros) y unos modelos a escala de los primeros parapentes.  Los paracaídas extendidos y colgando de los techos a manera de adorno en el galpón (hangar).
Lo único que puedo decir de los aviones, es que eran viejos ¡Ups! Antiguos, quise decir; o si no lo eran, eran avionetas de unos años.  Lamento no tener tanta pericia en este asunto de los modelos… Quizás le faltó un poco de glamour a la cosa.  Hubiera estado lindo que algún avión de las fuerzas armadas se hubiese dado una vuelta pero bueno…ya sabemos de la sobriedad alemana.  Además, los vuelos de los aviones se hacían a distancias más que prudentes de los visitantes.  Me cuenta Germancito, que hace unos años, hubo un accidente en una muestra aérea donde se estrellaron unos aviones y cayeron sobre los espectadores matando a muchos.  Eso provocó que se prohibieran las muestras de este tipo o que por lo menos, se tomaran medidas cautelosas muy restrictivas.   Por lo tanto, el avión hace piruetas muuuuuuuuuuuuuuyyyyyyyyy lejos del público.


Entre los puestos de comida, nos detuvimos en uno que tenía banderolas Norteamericanas. Pensando en hamburguesas, nos acercamos para chusmear y resultó ser, un mega puesto de gomitas. De todos colores, sabores, tamaños. Yo, me comí a la aldea entera de Pitufos….o sea: soy Gargamel.  Las nenas, eligieron unos recontra ácidos y Germán eligió una con gusto a coca cola y limón (¡puaj!).

Mientras mirábamos los aviones que estaban en tierra, otros iban saliendo y “desfilaban” por las nubes un rato, para aterrizar otra vez y dejar la máquina para que los visitantes le saquen fotos.
El viento estaba implacable y de vez en cuando Estrellita temblaba de frío.  En cambio Germancito sonreía… estaba con sus juguetes alados.
Después del mediodía, con un tremendo sándwich de pollo en el estómago Estrellita se estaba durmiendo.  De hecho se fue un rato al auto porque los aviones tienen un efecto somnífero.  De tanto mirar al cielo para verlos pasar uno se duerme.
Hubo un avión que me llamó mucho la atención: no tiene alas, tiene 4 ruedas.  Se llama Audi.
El Audi…es un avión.
Después de las 18.30 horas, nos fuimos a casita.  Germancito, feliz.





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