miércoles, 25 de junio de 2014

Yoshino, Japón. Parte 07.


Japón 07

20 de abril de 2014

Hoy nos fuimos a Yoshino, que es un pueblo y una montaña ubicada en la prefectura de Nara. Nosotros vamos a la montaña,  donde se halla un parque nacional y también el pueblito, prometiendo paisajes pintorescos.  Por supuesto, templos también habrá. 
Estación de Yoshino

Estación de Yoshino, por si queda alguna duda.
 
La zona comercial que está al pie de la montaña.

 Nos tocó lluvia. No podía ser de otra manera, el día en que planeamos estar al aire libre la mayor parte del tiempo. La principal atracción del mes de abril, es la promesa de una montaña adornada de cerezos en flor. Los primeros cerezos, fueron plantados hace 1300 años, con la llegada de los primeros monjes.  El florecimiento del cerezo, representa una metáfora de la vida humana y de la mortalidad.
Algunos cerezos están en flor, pero, verán que el color verde es mayoría.

La montaña de cerezos... en verde.
 


Mientras tanto, bajo la lluviecita molesta, caminamos cuesta arriba (hay funicular y micros, para aquellos que no quieren castigarse tanto). Las chicas, quieren subir por una escalera que está en un estado calamitoso, en vez de utilizar el caminito de asfalto. ¡Qué ganas!

El caminito que decidieron tomar las chicas.

Este caminito está un poquito mejor.
 

Subimos un montón y vimos: la  nada.  No solo estaba nublado y el cielo era tristemente gris. Además, los cerezos en flor se adelantaron un poco este año.  Las montañas eran de color verde aburrido.  Algunos cerezos descoloridos sin gracia vislumbramos desde un balcón. Igual sacamos una foto. ¡Qué el mundo se entere de que este paisaje también existe!
Esta foto, es la foto que está en el balcón. Se supone que es lo que deberíamos ver.

Esta es la vista que obtuvimos nosotros. Evidentemente, no era el día.
Yoshimizu Shrine, es el templo que está cerca del balcón para observar las montañas.

 
Templo Kinpusen-ji

Templo Kinpusen-ji
 

http://es.wikipedia.org/wiki/Kinpusen-ji

Igual, había algún cerezo en flor.

Este es el pueblito de Yoshino.
 


Fuimos a un restaurante de por allí. Otra vez, tuve que sacarme los zapatos. ¡Se me enfrían los pies! Por suerte, no pasó a mayores la cosa.
Bueno, este es el restaurant donde almorzamos.
Son flores preciosas, no hay dudas.

Las montañas verdes.

Del parque, nos fuimos a un santuario: Fushimi Inari Taisha. Conocido como el templo de las miles de puertas torii… y sí, había muchísimas, aunque no las conté.  
Fushimi Inari Taisha

Pero empecemos por aclarar lo que un torii.

Un torii (鳥居, torii?) es un arco tradicional japonés que suele encontrarse a la entrada de los santuarios sintoístas (Jinja), marcando la frontera entre el espacio profano y el sagrado.

Los torii del santuario Fushimi Inari Taisha, son donaciones de particulares, familias o compañías. Al espíritu de Inari se le considera como protector de las cosechas, especialmente de arroz, y en consecuencia históricamente ha sido asociado con la riqueza. Las compañías a menudo hacen ofrendas a los santuarios de Inari en forma de barriles de sake o de torii.

Santuario Fushimi Inari Taisha

Santuario Fushimi Inari Taisha. Decidimos jugar un poco con el efecto rojo de la cámara de fotos.

Santuario Fushimi Inari Taisha. Más, puertas torii.
 

Las estatuas de zorros a menudo se encuentran representadas en los santuarios de Inari con una llave (para el granero que conserva el arroz) en sus bocas. En lo alto de la colina está el santuario principal; A diferencia de la mayoría de santuarios shinto, y al igual que otros santuarios dedicados a Inari, es posible ver de forma abierta el ídolo contenido en el santuario (un espejo). Aparte de los más famosos senderos alineados por torii, en la parte opuesta existen otros senderos que discurren a través de un bosque de bambú y que ofrece una experiencia bastante diferente de la ruta principal.

santuario Fushimi Inari Taisha

Santuario Fushimi Inari Taisha. Los papelitos, son tarjetas de empresas.


http://es.wikipedia.org/wiki/Fushimi_Inari-taisha

Santuario Fushimi Inari Taisha
 


Dejamos el santuario, y tomamos nuevamente el tren. Teníamos hambre y decidimos cenar en la estación. No fue una gran idea.  La persona que nos atendió no sabía ni una palabra de inglés y tampoco tenía mucha voluntad de entendernos…  Por suerte, otro cliente, ofreció su ayuda y nos hizo de traductor. 

¡Yo pedí un pancho! Las nenas y mi esposo, pidieron arroz con curry, lo cual estaba muy picante para su gusto.
Bombones

Dulces.

En la misma estación, compramos algo dulce. Elegimos unos bombones con formas de animalitos que parecían deliciosos, aunque lamentablemente no fue así. Casi no tenían gusto a nada. En cambio, mis galletitas de coco estaban ricas.

Las galletitas de coco.
 

Así terminó nuestro séptimo día en Japón. 

Un día veloz... se ha terminado.
 

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