martes, 21 de abril de 2015

Kyoto. Japón. Parte 8.



Kyoto

21 de abril de 2014

Hoy es mi cumpleaños y no es mi cumpleaños. ¿Cómo es eso, Estrellita? Pasa que en Japón estamos 14 horas adelantados respecto de Argentina y unas 9 horas respecto de Alemania. Entonces, todavía no es mi cumpleaños allá –en Argentina- pero aquí sí.

En todo caso, estoy muy entusiasmada que mi cumpleaños se celebre por más de 24 horas. Es algo inédito en mi vida.  Por otro lado, con la cantidad de templos que vamos a ver, es muy conveniente agregar horas.
Ana Crowne Plaza Hotel.

Primero, quiero mostrarles el arreglo floral que hay en el hall del hotel. Ya creo haberme explayado muy bien sobre lo hermoso que es el Ana Crowne Plaza Hotel. También me entusiasmé con el maquillaje y me pinté como a una puerta. No todos los días se cumplen 35 años.
En el hall de Ana Crowne Plaza Hotel. Kyoto.
 

Apenas salimos a la calle, nos encontramos con un cerezo colmado de flores. Sacamos fotos y continuamos caminando hasta nuestro primer punto turístico. En este caso, se encuentra a metros del hotel. Se trata del Castillo Nijộ.
Cerezo de la vereda, del cual me enamoré. Kyoto.
 

Construido  en 1603 como residencia oficial de Ieyasu, primer shogun del clan Tokugawa. El estilo es deliberadamente ostentoso para demostrar su poder, por encima del emperador.
Entrada al Castillo Nijộ. Puerta Higashiotemon.

En este punto, quiero decir que la idea de “ostentoso” difiere mucho de la que yo tengo. Sin embargo, se puede apreciar que todo está hecho con dedicación y que seguro habrá costado mucho tiempo, gente y dinero mantener una estructura en madera como la que veremos a continuación. Entramos por la puerta Higashiotemon.

Entre las primeros edificios que vemos, aquí está el Bansho, es la estación de guardia. Cuando los shogunes Tokugawa estaban ausentes del castillo Nijo, el grupo de samuráis, conocido como Nijo Zaiban, eran enviados por el shogunato a patrullar en las noches.
Puesto de guardia de los samuráis. Castillo Nijo

Puesto de guardia de los samuráis. Castillo Nijo

Un solo grupo se componía de 50 hombres y 2 grupos estaban instalados permanentemente junto con otras patrullas.

Esta estación de guardia era una oficina de aquellos Zaiban  y se entiende que fue construida en el tercer año de la era Kanbun (1663).

El edificio consiste en un techo inclinado con una fachada de 10 ken (un ken es una medida de longitud que equivales aproximadamente a 1,9 metros) y a una profundidad de 3 ken.

Todos Ken… y ni una Barbie. ¡Ay Estrellita! Hay que perdonarte porque es tu cumpleaños.

Como hay muy pocos puestos de guardia, se lo considera un edificio preciado.

Llegamos a la puerta Karamon. Está muy bonita. Se me ocurre que pintar todo eso habrá sido bastante difícil. Teniendo en cuenta que los artistas estaban pintando a la intemperie, pensando en las inclemencias del tiempo o un terremoto.
Puerta Karamon. Castillo Nijo
Detalle de la puerta Karomon. Castillo Nijo.

Estamos frente al Palacio de Ninomaru. Para entrar, hay que sacarse los zapatos. Les cuento que el día está destemplado. Esto de andar descalza no me agrada mucho. Ustedes saben que soy sensible a los cambios de temperatura.  Pero por más que proteste, me tengo que sacar los zapatos igual.
Palacio de Ninomaru

Palacio de Ninomaru

No se pueden sacar fotos del interior del palacio, así que no tengo fotos. Sin embargo, les puedo contar sobre un sistema de seguridad que se utilizaba por aquellos tiempos. Para protegerse, el shogun hizo instalar en el interior suelos de ruiseñor (es decir, el suelo cruje al pisar) y cámaras secretas desde las que sus guardias personales podían vigilar. Este invento me pareció de lo más ingenioso.

Salimos del palacio y recorrimos los Jardines del Palacio de Ninomaru.  No hace falta que me extienda mucho sobre este tema. Con solo mostrarles las fotos, pueden deleitarse con los paisajes, los árboles y las plantas.
Jardines de Ninomaru

Jardines de Ninomaru

Jardines de Ninomaru

Jardines de Ninomaru

En nuestro recorrido, encontramos un cartel en inglés –de por sí, eso me sorprende mucho- donde nos explica sobre 3 árboles que están allí plantados. Se los conoces como los Árboles Fénix. Se trata de algunos ejemplares de árboles Aogiri –de origen chino- que estaban a 1,3 kilómetros del centro donde explotó la bomba atómica de Hiroshima en 1945. Y sobrevivieron. Entonces,  algunos fueron replantados en el Parque para la memoria y la paz de Hiroshima y muchos otros, se trasplantaron a  otros lugares del país. Representan la importancia de la paz y la vida para las futuras generaciones.
El árbol que se ve a la derecha, retorcido, es uno de los Aogiri.

Los árboles que vemos, fueron traídos hasta aquí en octubre de 2013 (para el 25 aniversario de la Era Heisei). Colaboraron estudiantes de la escuela secundaria municipal Horikawa de Kyoto y la secundaria Aizu de la prefectura de Fukushima en la tarea de plantar estos árboles.

Entre otras preciosidades, hay miles de camelias en flor. Saqué miles de fotos, pero no los quiero atosigar.
Camelia. Jardines de Ninomaru.

Les dejo un link donde explica de manera muy agradable (con muchas fotos también) la historia del Castillo Nijo. ¡Y en español!


 

Como hace casi un año que no escribo una reseña para mi blog, no recuerdo si tomamos un bus o si fuimos caminando hasta el siguiente templo. Se trata de templo budista Eikan-dộ.
Templo budista Eikan-dộ

Otra vez, nos encontramos con una gran puerta principal –como en otros templos- y luego con extensiones de jardines muy cuidados.

Eikan-dộ fue construido en el año 855 por el sacerdote Shinshộ, pero el nombre se cambió a Eikan-dộ en el siglo XI en honor al sacerdote filántropo Eikan.
Templo budista Eikan-dộ

Templo budista Eikan-dộ

Llegamos a la sala Amida-dộ donde es preciso ponerse unas sandalias para ingresar. Desde ahí, podemos ver la pagoda Taho-tộ. Ahora que miro las fotos, no encuentro ninguna foto de la tal pagoda. Es que a esta altura ya no tenía ganas de sacarme otra vez los zapatos. Di unas vueltas y me decidí a entrar. Pero se ve que no sacamos fotos a la pagoda. Aunque sí saqué fotos de la ciudad.
Adentro del templo, descalza.

Vista de la hermosa Kyoto.

Al bajar, vimos el Sui Kin Kutsu. Es un koto hecho de gotas de agua. El procedimiento consiste en tomar y verter delicadamente el agua. Las gotas caen y uno debe concentrarse en el sonido –es muy bajo- que se produce con el goteo. Simula el hermoso sonido del Koto, un arpa tradicional japonesa.
Sui Kin Kutsu
 


Encontré el sitio oficial del templo Eikan do. Está en inglés, pero tiene unas fotos muy bonitas.



Ya me estoy muriendo de hambre. Hoy, por ser mi cumpleaños, fuimos a almorzar al “Grill de Japan”. Comida occidental, revuelta y amontonada en el plato.  Y muy rica. En este restaurante, el mesero tenía una forma muy particular de servir agua. Tomaba la jarra y la volcaba desde muy arriba para embocar el agua en el vaso. Era casi un espectáculo verlo. ¡Aunque también era un poco embarazoso que viniera a cada rato para servirnos agua de esa forma!
El plato occidental en el Grill de Japan.

Nos fuimos a caminar por las callecitas de Kyoto hasta llegar al templo budista Kiyomuzo-dera. Estamos en la entrada Niou.  Encontraremos cosas y dioses muy impresionantes aquí.  
Lo que encontré por las callecitas de Kyoto.

Lo que encontré por las callecitas de Kyoto.

Empezando por el edificio principal, que tiene una gran baranda sostenida por columnas de madera a una altura considerable. Desde ahí, también se puede apreciar Kyoto.
Templo budista Kiyomuzo-dera

Pero lo que a mí más me gusta son los dioses “ejecutivos” de por aquí. ¿Estrellita, te cayó mal la comida?
Templo budista Kiyomuzo-dera. Las columnas que sostienen la gran baranda.

Templo budista Kiyomuzo-dera. La famosa baranda de donde se toman fotos de la ciudad de Kyoto.

Vista de Kyoto desde la baranda del templo budista Kiyomuzo-dera

Digo así, porque me encontré con dioses específicos que ayudan con determinados temas. Incluso, se puede anotarles en un papel el problema que cada uno tenga.  ¿Qué estoy loca? No.  ¿Qué si escribí algo yo? Mmm.

Uno de los dioses que encontramos por aquí, se llama Okuninushino Mikoto. Encargado del amor y los buenos matrimonios. El conejo que está detrás, es el mensajero del dios.
Dios Okuninushino Mikoto y su conejo mensajero.

Aquí, nos encontramos con el santuario del dios que te aclara tus problemas. Solo hay que escribirlos en la hoja de papel que está en esas cajitas (previo pago) y colocar el papel en el agua. Cuando el agua disuelva el papel, el problema será aclarado. 
El dios que te "disuelve" el problema

El agua donde ponés el papel escrito con el problema.

Yo, estuve un año contándome lo que hubiese escrito en un papelito… Creo que el dios no contó con que soy muy amarreta. No escribí nada. ¿Se imaginan si escribía: resuelva los problemas de corrupción en Argentina? ¡Qué va! ¡A que no se disuelve nada!

Aunque el mejor es el llamado Nade Daikoku San. Dicen que si le das una palmadita a la estatua de bronce de Nade Daikoku, tu plegaria será contestada. 
Nade Daikoku San

A esta zona, se la conoce como el Santuario Jishu. Dedicado al dios tutelar de la zona Kiyomuzu Yasaka y originalmente conocido como Jishugongen, el santuario Jishu recibió su nombre actual después de la restauracißon Meiji. Está dedicado a 5 dioses, incluyendo a Okininushino Mikoto y sus padres, Susanoono Mikoto y Kushinodahime.

El santiario de Jishu establecido antes del período Nara tuvo muchos creyentes en los hogares imperiales y otros cuando la capital fue transferida a Heian Kyo.  Emperadores han visitado el santuario desde la peregrinación del emperador Enyu durante un festival especial celebrado en el año 972.
Foto del santuario Jishu.

Como el principal salor de Kiyomizudera, el santuario actual de Jishu fueron  reconstruidos por Kutagawa Jemitsu entre 1624 y 1644.  El santuario, el salón de culto y la puerta principal han sido designados como patrimonio cultural y la pintura del dragón en el techo del salón de culto es obra de Kano Motonobu.

El santuario Jishu ha sido famoso desde tiempos ancestrales por su belleza y sus cerezos en flor. Okuminushi-no Mikoto es extensamente venerado como dios del amor y el matrimonio.

Pero lo más lindo es la piedra del amor. ¿Cómo funciona esto? Bueno. Hay que caminar “con seguridad” desde esta piedra a la otra (son 6 metros más o menos) con los ojos cerrados. Si uno llega en la línea recta, es un buen presagio de que encontrará el amor. Y si uno precisa ayuda de otra persona para que sea guiada y llegar “seguro” a la piedra, significa que necesitaríamos un intermediario para encontrar el amor.
Hay que caminar desde donde estoy yo, hasta la piedra que está enfrente.

Esta es la piedra desde donde saqué la foto.

A mí me parece súper romántico… sobre todo, que el amor esté simbolizado con una piedra.

También encontramos la cascada Otowa-no-taki. Según el agua que uno tome, se asegura el éxito en los estudios, la longevidad o la salud.
Cascada Otowa-no-taki
 

Para que sepan, tampoco hice el caminito; ni escribí el problema, ni froté a fulano…  Nada de nada hice. ¿Y saben por qué? ¡POR QUE YA ESTABA CANSADA DE CAMINAR!



 

¡Qué Estrellita caprichosa! ¡Pero es mi cumpleaños! Yo quiero torta. Tal vez debí pedirle al dios una porción de torta. Debí frotarle y decirle ¡Quiero una torta! ¡Ay Estrellita! Mejor sigamos con el relato.
Paseando por Kyoto

Paseando por Kyoto

Paseando por Kyoto

Por suerte, no hizo falta un dios. Mi esposo ya me vio con cara de aburrida y entonces volvimos a las callecitas de Kyoto. Nos fuimos a una casa de té y pedí todo esto que ven. Estaba riquísimo todo.

 
Mi merienda de cumpleaños. Helado de té verde, torta de frutillas y mi té.

Nos falta un último santuario que visitar. El santuario sintoísta Yasaka-jinja.  Es el santuario protector del vecino barrio de Gion y a veces se le llama cariñosamente “Gion-san”.  Lamentablemente, no puedo contarles mucho sobre el santuario porque no había un solo cartelito en inglés. Eso me irritó bastante. Su entrada es gratuita.
El santuario sintoísta Yasaka-jinja

El santuario sintoísta Yasaka-jinja



 

Lo que sí, es que es un paso obligado para ir a la zona antigua de Kyoto y caminar por el barrio de las geishas. Nosotros caminamos por la calle Nakamichi. No vimos a ninguna, pero saqué unas fotos con los farolitos que me quedaron hermosas.
Faroles de Kyoto

Faroles de Kioto.

Desde ahí, volvimos caminando al hotel, el cual ya no es Ana Crowne Plaza, sino otro que no es tan lindo.
Por la calle Nakamichi en Kyoto.

Kyoto.

Kyoto.

Antes de irnos, les dejo esta foto del “hot point”. Son los albergues transitorios que conocemos en el “lado occidental”.
Hot point

Me encantaron los farolitos. Me voy con esta foto.

 
El farolito de Kyoto. Hermosura.

 

 

 

 



No hay comentarios:

Publicar un comentario