jueves, 23 de mayo de 2013

Brujas, Bélgica. Parte 1/2


Brujas y Westende

Tarde del 18 de mayo

 

Con el alma colmada de argentinidad, retomamos la autopista para viajar hacia Bélgica.  La próxima ciudad que visitaremos se llama Brujas. Aunque nuestro hotel queda en una localidad cercana, porque los precios de los hoteles en nuestra ciudad de destino están un poco elevados.

Entonces, repacitulando…llegamos a Westende. El hotel se llama Westendia.  Esta es una localidad playera, por lo que las habitaciones tienen una decoración más adecuada al verano.
Hotel Westendia

Dejamos las valijas (pasé por el camarín y me cambié) y nos subimos al auto otra vez, para ir a Brujas ya que todavía quedan unas horas de luz natural.
Habitación del hotel

Por supuesto que el nombre me llama mucho la atención. Sucede que la palabra Brujas, deviene de la palabra Bryghia, una palabra Celta que significa embarcadero por supuesto, pasaron por sucesivas invasiones, incluso de españoles. De ahí, pueden imaginarse que la “deformación” es por ese camino. Otra cosa que es interesante, es que esta ciudad alguna vez tuvo un puerto con salida al mar. Entre el siglo XI y el XVI gozó de prosperidad económica por el intercambio comercial del puerto. Pero los sedimentos se fueron acumulando muy rápidamente, cerrando el canal demasiado y la realidad cambió totalmente. Brujas, sobrevivió gracias al tejido artesanal, el arte y la orfebrería. Y a partir del año 2000 fue declarada por la UNESCO patrimonio de la humanidad. Hoy su principal actividad económica es el turismo y las producciones culturales.
Por las calles de Brujas
 

Alrededor de las 19 horas hicimos nuestra primera aproximación. Lo que vemos aquí es la Catedral de San Salvador. Es la más antigua de la ciudad, y data de entre los siglos XI a XV.
Catedral San Salvador
 

Ahora, vemos una puerta con una frase utilizada en la Antigua Roma “Pro Patria” que significa “para la Patria” y el escudo del león, el emblema de la región de Flandes (una de las tres regiones que componen Bélgica). Aquí, se habla mayoritariamente el neerlandés pero tienen dos idiomas más (los tres son oficiales): alemán y francés.
Una de las puertas

Continuamos nuestro camino hacia la Plaza Mayor, donde vemos la Torre Atalaya (es un campanario). Las primeras construcciones datan del año 1240, pero la torre principal con el campanario fue reconstruido varias veces a causa de incendios. Incluso un rayo llegó a caer sobre el campanario alguna vez.
Atalaya

 Este lugar tenía diferentes funciones. En la planta baja, se ejercía el comercio entre los artesanos. También servía de almacenes para guardar la lana. En la planta superior, se llevaban las actividades administrativas de la ciudad, como por ejemplo las cuentas. También albergaba los reglamentos de la ciudad.
Interior del Atalaya

Antes de alejarnos más de la Plaza Mayor, decidimos cenar. Para sorpresa (grata) hay varios restaurantes que tienen su carta en español (y sí, después del neerlandés, alemán, francés…el imprescindible inglés…agregar el español, no debe haber sido difícil).

En la Plaza Mayor
 

Salimos del restaurant y nos dirigimos a otra plaza: Burg Platz
Además del famoso chocolate belga, hay muchos dulces que descubrir.

 

Allí, vemos el Stadhuis, o ayuntamiento, construido entre los años 1376 y 1420. Se ve que se cansaron de tantos incendios en el campanario…y decidieron mudarse.
 
Ayuntamiento

También se encuentra la basílica de la Sagrada Sangre, se dice que el Conde de Flandes trajo una reliquia de la sangre de Cristo durante la Segunda Cruzada… Y por supuesto, es venerada por todos los creyentes. Pero a esta hora está cerrada, supongo que volveremos mañana para mirar el interior de la basílica.
Entrada a la basílica de la Sagrada Sangre

Por ahora, dedicaremos nuestro paseo a los canales de, “La Venecia del Norte”, como le dicen a Brujas. A pesar de ser más de las 21,30 horas…sigue habiendo mucha luz natural. Lo que pasa, es que Brujas se guarda para la noche… con ayuda de luces artificiales, va adornando sus muchos puentes haciendo de la ciudad una postal del ensueño. Nosotros queremos ver eso. Por lo que debemos esperar un poco más.
Vista de uno de los canales
 

Sorprendentemente, son las 22,15 horas y sigue habiendo luz, aunque las luces artificiales ya se hacen notar. Mientras esperamos, les cuento una leyenda. Como todo lugar turístico respetable tiene una.
Por los canales de Brujas

Cuenta la historia allá por el año 1488 que los habitantes de Brujas ejecutaron a un administrador de la ciudad (la leyenda no explica el porqué), perteneciente a la corte de Maximiliano de Austria. El escudo de la familia era un cisne blanco. Entonces, Maximiliano castigó a la ciudad de  Brujas, obligándola a mantener a los cisnes en sus canales y lagos hasta la eternidad.
En este momento eran las 21.45 más o menos
 

Mientras esperamos por la foto nocturna, pasó un cisne a saludar.
Por los canales de Brujas
 

Y nosotros debemos irnos a dormir. Estamos  exhaustos y mañana debemos ver mucho más sobre esta ciudad.
Por los canales de Brujas

Para despedirme, pensé mucho en las brujas…y sucede que después de leer varios blogs de otros viajeros… ¡ninguno hizo un solo chiste con el nombre de la ciudad! Entonces pensé en algo para solucionar esto, pero no encontré un buen chiste (uno que se pudiera contar y que pudiera ser leído por niños al mismo tiempo).

¡Ahora sí que es de noche! Este es un museo...de tantos. Ya no recuerdo cuál


Pensé otra cosa… en objetos relacionados con las brujas. Por ejemplo, las escobas. Aunque también un gato negro…y si vamos un poquito más allá, las calabazas del día de Brujas… (¿Habrá fiesta aquí el 31 de octubre?). Entonces busqué una receta de mermelada de calabaza (de un blog culinario). Quizás yo también intente cocinarla…y escriba otra entrada acerca de eso.  Espero que lo disfruten.

Mermelada de Calabaza:

Ingredientes

  • 1 kg de calabaza cortada en cubos
  • 600 g de azúcar
  • Cáscara de naranja

Preparación

  1. En una olla ponemos la calabaza cortada en cubos con el azúcar y dejamos macerar hasta el día siguiente.
  2. Una vez macerado, llevamos a fuego mínimo hasta que veamos que la calabaza está bien blanda.
  3. Comenzamos a pisarla bien para hacer un puré, le agregamos unas cáscaras de naranja y seguimos cocinando unos minutos más hasta que obtengan la consistencia deseada (en casa les gusta bastante blando, pero si lo quieren más espeso siguen cocinando unos minutos).
  4. Retiran del fuego, dejan enfriar y si quieren pueden sacarle las cáscaras de naranja.

 

 

 

 

 

 









 

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