viernes, 12 de abril de 2013

Viena, Austria. Parte 1/3


Viena, Austria


27 de marzo de 2013

El hotel al que vamos se llama Prater. Está en una esquina y dejamos el auto a media cuadra.  Nuestras habitaciones se encuentran en el cuarto piso, y la de las nenas en un altillo (¿piso 4 y medio?). El ascensor es muy chico, por lo que varias veces subimos por la escalera.
Habitación del hotel

Hasta ahora, las habitaciones eran “normales”, pero en este caso, encontré paredes sucias, marcadas de tanta valija y demás.  No hay pava, ni cafetera… hay máquina de café y gaseosas en el vestíbulo, pero no es gratuito. Y  cuando llegue la noche, notaremos que no hay una sola luz encendida en la escalera. Pero no me adelantaré más. Hay que disfrutar de Viena.
Habitación del hotel

Dejamos las valijas sin abrir y nos fuimos a caminar. El primer edificio bonito que fotografiamos es el Palacio de Bellas Artes.  Y luego la Hundertwasserhaus, es una casa diseña por el artista Friedensreich Hundertwasser donde convive la naturaleza y el arte. Además de departamentos, también hay museo y centro comercial. Esto fue construido entre 1983 y 1986.
Hundertwasserhaus

Palacio de Bellas Artes

A pocas cuadras, tenemos la iglesia Dominik Kirche
Dominik Kirche

Viena, no sólo tiene antiguos y lindos edificios. También modernos.
Los edificios modernos

Cruzamos el puente Stubenbrucke, y llegamos a la plaza Dr Karl Lueger. ¿Y quién era? Bueno, Wikipedia nos puede ilustrar al respecto: “Se le considera como un político populista y demagogo que, con el cultivo de la agitación antisemita[] y el apoyo de la prensa amarilla de Viena, logró convertirse en alcalde electo de dicha ciudad en 1895, cargo que pudo ejercer de forma efectiva en 1897, tras superar el veto imperial, hasta su muerte en 1910. []Fue admirado por Adolf Hitler, quien calificó a Lueger como el alcalde alemán más grande de todos los tiempos.”
Dr Karl Lueger

Con tantos días en Austria, era tiempo de que Adolfo apareciera (aunque sea para admirar a otro enfermito como él) en algún momento. Creo que durante este relato…se me van a “caer” varias reflexiones sobre “sociedad civilizada” y “otros maltratos”.

Retomando cuestiones más bellas y agradables, llegamos a la casa de un vienés que ha sabido pasar a la historia como un genio de todos los tiempos: Wolfgang Amadeus Mozart. En este caso, si hubiera tenido oportunidad…seguro que lo hubiese llamado por su segundo nombre…el primero es muy difícil de pronunciar…
Casa de Amadeus Mozart

En esta casa, vivió tres años pero aquí compuso una de sus óperas más célebres: Las bodas de Fígaro. En muchas oportunidades, el audio guía se encarga de aclarar que la película “Amadeus”  no es un documental y que las verdades o afirmaciones fueron hechas a medias.  Por ejemplo; Wolfgang no murió pobre, ni tampoco vivió miserias durante su vida. Pero volviendo al principio, el pequeño nació en Salzburgo, y su padre lo llevó a Viena, porque el ambiente era mejor para que el niño prodigio se desarrollara.  La familia real de los Habsburgo quedó encantada con  Wolfgang y el nivel de sus conciertos…cuestión que, se quedaron en Viena.

Se ha hecho un estudio, de la cantidad de trabajo que realizaba el compositor, ya que recibía muchos encargos de las familias privilegiadas, y se pudo precisar sus ingresos en 9000 florines al mes. Eso significa que ganaba más que un médico medio.  En otras palabras, gozaba de buena posición. Sin embargo, hay numerosas cartas en donde le pide a un amigo que lo ayude con algunos florines…porque Wolfgang, jugaba y mucho. A pesar de ganar bien, hacía fuertes apuestas de sumas “inmorales” que lo dejaban tecleando…y eso causaba que la familia se tuviera que mudar repetidas veces…porque no podían pagar la renta.  Sin embargo, siempre afrontó sus deudas de juego, ya que no figura en ninguna lista negra que pudiera deshonrarlo. Otra afición o debilidad del genio, eran las ropas. Siempre estaba muy pendiente de los trajes y la moda. Pero el rumor mayor…ese que repetimos hasta el hartazgo…es sobre la fuerte enemistad y competencia que mantenía con el director de música de la corte: Salieri.  Y eso…tampoco fue verdad. Se enfrentaron una sola vez durante una competencia de música en la cual, el público prefirió la composición de Salieri, escrita en italiano y no gustó tanto la de Mozart, escrita en alemán. Eso fue todo…lo demás, fue película y una muy buena y convincente, porque no se me había ocurrido que el eje y todo el argumento fueran humo. Este rumor, surgió en el siglo XIX y tomó fuerza después.

¿Y la muerte de Amadeus? Tampoco está muy clara la causa de su muerte. No se sabe si fue por envenenamiento o por una conjunción de varias enfermedades o insuficiencia renal.  Todo está cubierto por un manto de misterio que se apoya en las limitaciones de la ciencia…y los secretos que se han querido guardar.  Por suerte…nos queda la música que va en el aire.  Y como diría el señor Alejandro Sanz:

“Que lo que va en el viento es lo más seguro, no lo dudéis,

que se aferra al tiempo y se queda eterno en el corazón.

Pasaremos todos y quedarán

recuerdo y esta canción,

La música no se toca.”

Me gustaría terminar acá mi cuento, porque estos versos serían un excelente final, sin embargo hicimos más cosas después.

Pasemos a ver ahora a la Catedral St. Stephan, por fuera,  ya que es de noche y permanece cerrada.
Catedral St. Stephan

Catedral St. Stephan

Cumpliendo una promesa, voy a tomar un café vienés y una porción de torta.  En Viena…hay, entre tantas maravillas, una luna anaranjada increíble; el frío y el viento  son increíbles….y los uniformes de las camareras de la confitería Aida también se llevan el mismo adjetivo: sandalias (¿chancletas?) con zoquetes rosados. Mozart se hubiera muerto tres veces más si las viera…él, tan pendiente de la moda no hubiera permitido eso en su Viena querida… Pero bueno, es la música y no la moda, la que flota en el aire.

El café vienés

La luna anaranjada...
 

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