Nürnberg: Mercado de Navidad y Museo del Juguete
Domingo
Por la mañana, comprobamos
nuestras sospechas: estamos “casi” en medio del bosque. Es que el pueblo debe tener 10 manzanas con
toda la furia, y este hotel está en el borde del pueblo.
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Vista desde la ventana de nuestra habitación |
Nos fuimos a desayunar. Además de la calidez de la atención, lo lindo
del lugar es que hay ositos de peluche en varios lados. Parece un hotel de
juguetes.
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Desayunador del hotel |
¡A último momento, nos enteramos
que el dueño del hotel sabe hablar español! El hombre vivió 3 años en Venezuela
hace 20 años atrás. ¡Ya sabemos para la
próxima! Es que tenemos varios lugares que visitar por estos rumbos, podemos
repetir el hotel.
De vuelta en Núremberg
Volvimos a Núremberg, creo que
hoy hace más frío que ayer. Como es más temprano, pudimos dejar el auto en un
estacionamiento más cercano…aunque igual, caminamos bastante. Lo primero que vemos son las ruinas de la iglesia
Santa Katharina, destruida en 1945 y que hoy se utiliza para eventos al aire
libre.
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Santa Katharina |
Volvemos a cruzar por uno de los
muchos puentes. La cantidad de gaviotas es llamativa. Creo que estamos presenciando un cambio en
las costumbres de estos animalitos. Se avivaron…y ya no emigran, porque en una
ciudad como ésta, tienen asegurada la comida y se ve que el abrigo también.
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Postal de Núremberg. |
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Las que flotan, son gaviotas. |
Le sacamos una foto al termómetro
en la plaza, sólo para comprobar lo que ya sentimos: -5 grados. Acá, la
sensación coincide con la realidad.
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El termómetro en la calle. |
Volviendo por la peatonal, le saco una foto
a un puesto de comida, ahora que todavía no hay tantos visitantes.
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Uno de los tantos puestos de comida |
Nos acercamos a una torre, por
donde se puede ingresar al subte.
Delante de la torre, vemos el “Carrusel
del matrimonio” que representa los “altibajos del matrimonio”…. Estemmmm
creo que es un poco exagerado, yo nunca vi dragones andando por casa. Aunque ahora que lo pienso…Germán es dragón
en el horóscopo chino… ¡Otra vez con China! ¡Esto es una conspiración! ¡Nos van
a invadir los chinos y nadie hace nada! ¿Estrellita, te sentís bien vos?
Sigamos caminando…
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El carrusel del matrimonio, el lado del dragón. |
Llegamos hasta la plaza St
Jakobs. Detrás de mí, se encuentra la
iglesia San Jakobs, pero primero entramos a la iglesia San Elizabeth. La cual
no pudimos evitar observar la cantidad de mármol rosado. Unas columnas hermosas
se encuentran en ésta capillita preciosa.
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St. Elizabeth |
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Interior de St. Elizabeth |
Salimos y entramos a la iglesia
de enfrente, San Jakobs. Una iglesia protestante, a la que…no pudimos sacar
fotos, porque estaba prohibido. Siempre tan simpáticos.
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St. Jakobs. |
Nos acercamos a la muralla, para
verla más de cerca. Ahora, nuestra siguiente visita es al museo del juguete.
El museo del juguete
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El museo del juguete. |
A las puertas de una nevada,
apuramos el paso hacia el Spielzeugmesueum.
Según el portal virtual que consulté antes de viajar, la entrada es
gratuita. Se ve que el portal está
desactualizado. No sólo porque la
entrada tiene precio, sino que además…ahora que lo veo, ni siquiera la foto del
edificio coincide con lo que vimos.
Quizás, el “bloguero” hace mucho que no va a Nürnberg.
Finalmente entramos. También está
prohibido sacar fotos. El edificio tiene
tres pisos. En la planta baja, se observan juguetes muy antiguos hechos de
terracota: un yo-yo y una muñeca. También hay maquetas y representaciones de
ciudades. Los muñecos son figuras hechas
de madera y metal, la mayoría del 1800 y fines.
Ya se hacen presentes los famosos bloquecitos de madera, con los cuales
se pueden armar castillos y puentes colgantes bastante largos (como 80 cm de
longitud). Tiene un grado de complejidad mayor que los nuestros…porque algunos
se unen con tarugos.
Pero también, aunque en menor
proporción, figuras de cartón (muy bien conservadas) de los soldados (prusianos
y franceses). Jugar a los soldaditos, es
un clásico.
La ingenuidad me duró hasta el primer piso. Subimos
por las escaleras, porque había más juguetes expuestos en las paredes. Las
niñas tomaron el ascensor. Apenas puse un pie allí, comencé a leer un texto
traducido al inglés. En él decía, que
entre el siglo XVI y el siglo XVIII se fabricaban muñecas para las niñas con la
intensión de inculcarles desde chiquitas
las “buenas maneras” de llevar una familia. Además del estómago…se me revolvió la cabeza.
Tantos sentimientos encontrados: traición, estafa, manipulación, alegría
(porque yo jugaba y en ese momento no se me pasó por la cabeza que eso era un
“entrenamiento” para el futuro) y un pizquita de venganza. Sin embargo, en los
siguientes tres pisos se podrán observar ejemplos abundantes de lo que
explicaba el cartel.
En el primer salón, vemos muñecas
de diferentes tamaños. Muy realistas,
desde sus caras hasta su ropa. Además,
contamos con “casitas” de muñecas o mejor dicho “partes de casitas de
muñecas”. En su mayoría cocinas. Casi todo es del siglo XIX. Por el trabajo y
el detalle (la vajilla de las cocinas son de metal o porcelana, al igual que
los cubiertos y demás cacharros) se tratan de juguetes muy caros. Lo que impresionan son los juegos de té en
miniaturas: teteras y tacitas del tamaño de las yemas de los dedos. Hay “bebotes” que tienen dos caras: una que
llora, la otra que ríe; la niña le gira la cabeza al bebote según su gusto.
Nos encontramos con algunos
muñecos de trapo famosos: en una vitrina, tenemos a Mickey y Mini de 1930 y
1931. También los animalitos del “Libro de la Selva” (el oso Balú, el tigre
Shere Khan y el orangután Rey Louie), el famoso Humpty Dumpty. En otra vitrina, vemos un tigrecito a cuerda
de 1902 que funciona (según el video que se muestra en la sala) muy despacito,
pero se supone que camina.
También están algunos muñecos de
Teddy Bear, y algunas alcancías de lata con Donald y Mickey. Y por supuesto, más muñecas vestidas con
bordados y puntillas.
Muchos juguetes a cuerda:
pajaritos y pequeños animales. También vemos antepasados de los juguetes a
control remoto, ya que se pueden controlar sus movimientos ayudándose de
pequeños fuelles y aire.
Pero veamos con qué se divertían
los nenes. Se ven las primeras
valijitas de Dick Tracy, autitos que se arman, y las primeras estructuras para
construir grúas, con tuercas, tornillos y pedazos de metales con muchos
agujeros para realizar diferentes modelos. Se observa una Vuelta al Mundo, todo
de principios de siglo XX. Antes de eso,
se ven juegos referidos a batallas, armado de puentes, castillos, elementos
para jugar a “la oficina postal”. En otro salón, se ven miniaturas de máquinas
de vapor, las primeras locomotoras y por supuesto maquetas enteras con
estaciones de trenes y todo. No se preocupen chicas… para nosotras también se
introdujeron innovaciones; además de la cocina, se suma el cuarto del
planchado. Las primeras planchas para
niñas también se hacen presentes a principios del siglo XX. No se asusten…que en un par de décadas se
agranda la diversión: los primeros lavarropas automáticos también llegan al
paraíso infantil femenino.
El siguiente piso, está dedicado
a los juguetes fabricados después de 1945.
La introducción de las nuevas tecnologías (impulsada en primer lugar por
las guerras) en los juguetes hizo que las maderas y las telas se dejaran de
lado. Se ven autos y aviones. Hay una vitrina muy particular: Hitler
también tenía su muñequito.
Otros que hacen su aparición de
forma más notoria son “los juegos de
mesa”. Qué, por supuesto…acá hagamos otro parate… porque habría que titular
nuevamente ya que juegos de mesa hubo siempre…. (El ajedrez, las damas
chinas…etc.) Pero en estos tiempos, surgen con mucha fuerza el Monopoly, y otro
que se llama “Anti-monopoly”. Otro
juego, llamado Taktik es una mezcla de damas con ajedrez con piezas que se
desplazan en un tablero cuadriculado. Lego se hace presente con sus primeros
bloques.
A medida que las vitrinas se
terminan, ya comienzo a ver algunos juguetes coetáneos: una colección muy
completa de He-man y She-ra. Un muñeco
de Alf comparte la vitrina con algunos personajes de la Guerra de las Galaxias.
Las primeras computadoras para niños se amontonan en otra vitrina. En otro salón, vemos los autos a control con
cables.
Por suerte…el siglo XX es, sin
lugar a dudas, un siglo de cambios culturales, de adelantos…y nosotras estamos
salvadas: Barbie hace su aparición.
Puedo imaginar lo que pensarán las lectoras… yo también quería una
Barbie cuando era chica… La aparición de la muñeca, puede tomarse como una
muestra más de que no ha cambiado nada para nosotras, o verlo del lado amable,
y pensar que es una muñeca con muchas profesiones y que le abren la posibilidad
a las niñas de pensarse (soñarse) realizando tareas y profesiones a la par del
hombre.
Ya…con el ánimo un poco más
arriba del piso, pasamos a la parte de los “rodados” donde podemos apreciar los
primeros “autos a pedales”. No se
preocupen chicas, para nosotras también hay rodados: los carritos para pasear a
nuestros bebés, hermosos con puntillas y
tules.
Afuera, sigue nevando…salgamos
igual, que tengo hambre.
El restaurant
El domingo no está tan
convulsionado como el sábado. Por lo que en el restaurant no estaba tan lleno.
Entramos a un restaurant italiano. Las niñas se pidieron una pizza y nosotros
unos cappeletis de verdura. Entre tanto, la tormenta de nieve se ponía peor. Todavía nos falta visitar el Castillo
Imperial de Núremberg. Construido en 1050 y ha sido ocupado por diferentes
emperadores del sacro imperio Germano, hasta 1571.
El Castillo
Llegando al castillo y caminando
con un miedo creciente de pegarme un porrazo…estamos ante las puertas. Son aproximadamente las 15 horas y hay que
apurarse, ya que en época invernal hay muchos museos y otros puntos turísticos
que cierran a las 16 horas.
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Entrada al castillo |
Es decir,
las boleterías cierran a esa hora y después de algunos minutos se cierra todo. Con dos horas y media de empezada la nevada,
Núremberg se ve así.
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Vista de Núremberg desde el castillo. |
Nos apuramos a sacar unas
entradas, para visitar el museo de armaduras y parte del castillo. Dejamos
otras excursiones para la próxima vez, ya que no nos alcanza el tiempo. La señora
de la caja, nos indica que la última visita guiada (Para visitar los castillos,
es muy frecuente que las visitas sean sólo con guía.) es a las 16.15 horas.
Hasta ese horario, nos dedicamos a visitar el museo donde vimos armaduras de
diferentes épocas, espadas, accesorios para los caballos, algunos telescopios y
medallas.
Cuando llegó la hora, nos
presentamos en el hall para iniciar la visita…y cuando nos dirigíamos con los
demás, el señor guía nos miró y nos dijo que quizás la visita guiada fuera inútil
ya que es en alemán. Nosotros nos
miramos…y nos extrañó muchísimo que nos vendieran la entrada (hablamos en
inglés) ¡¡ y no nos aclararan que la visita es en alemán!! Estrellita estallaba
en cólera…por lo que se le trababan todos los idiomas juntos. ¡¡Germán, quejate!! ¡¡Quejate, Germán!! Y
fuimos nuevamente a la oficina.
¿Y qué se puede esperar de
semejante atropello contra las ganas de unos turistas que llegan a último
momento y que sólo quieren disfrutar de los castillos que ellos tienen? Obvio, lo
que yo esperaba…muchas disculpas, el regalo de un libro sobre la historia del
castillo en inglés, el ofrecimiento de llevarnos ellos mismos a recorrer… junto
con la promesa de audio guías en varios idiomas para el próximo año. Pero nosotros no somos turistas fáciles… ¡Ah
no! ¡Hay que romper todo! ¡¡¡ ¿Pará Estrellita, dónde crees que estás?!!! ¡Hace seis meses que estás acá y todavía no
se te fueron esos modales!! No, gracias…respondimos (por la invitación a
recorrer con ellos el castillo) ya era bastante tarde y había que volver. Entonces nos regalaron otras entradas para
subir a la torre… Bueno, aceptamos…tampoco hay que ponerse difícil.
Así que caminamos hasta la otra
punta y subimos a la Torre. Tres o
cuatro pisos de una escalera caracol que marea…para llegar hasta la punta y que
el viento me escupa la nieve en la cara. Sacamos unas fotos antes de
congelarnos y ya comenzamos a bajar.
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La torre. |
Hay que comprar algunos adornos
navideños y volver al estacionamiento.
Es tan grande este mercado, que hoy encontramos un carrusel, mejor
dicho, una plaza entera que no vimos ayer. Le sacamos fotos a la fachada de
algunos puestos navideños, ya que son muy bonitos.
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¡¡¡Un carrusel!!! |
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Fachada de un puesto navideño |
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Otra fachada de un puesto navideño ¿No es tierno? |
Nos alejamos de centro, la nieve
me está tapando las zapatillas.
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La nieve...en mi bufanda rosa. Ya es mucha nieve. |
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San Sebaldo con nieve |
A pesar de los neumáticos para la nieve…la
calzada está muy resbalosa. Igual, el autito se la banca. Le sacamos una foto panorámica a la estación
de trenes, y la verdad está todo gris.
Me siento como si estuviera en medio de una guerra…es una impresión.
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En el fondo...la estación de trenes. |
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Las 16.30 horas apróximadamente... |
Nos fuimos a las 16.15 horas de
Núremberg…y llegamos a las 21 horas a casa.
Recorrimos 350 kilómetros con nieve casi todo el camino (las palas
mecánicas, trabajando constantemente).
Vimos cuatro o cinco autos que se “resbalaron” de la calzada, pero sin
cierre de carriles. Lo que es la responsabilidad
al conducir…
Le debemos una visita más
Núremberg, pero en primavera.