Torino
1 ° de noviembre de
2013
Dejamos Ortona y nos dirigimos (desde la Estación de Pescara Centrale) a la última ciudad italiana de nuestra visita:
Torino.
Una ciudad al norte de Italia,
donde las temperaturas cálidas ya no nos
acompañan. De los 20 grados de Roma y Ortona, ahora sentimos los 5 o 7 grados
de Torino.
Nos alojamos en el hotel Amadeus,
en el centro de la ciudad. Es muy completo y confortable.
Cuando llegamos, decidimos
descansar un rato por el viaje. Ocurrió que quisimos encender el televisor… y
no funcionaba. Fuimos a reclamar por el desperfecto, no para que vinieran a
arreglarlo pronto, sino para avisar y que quede claro que nosotros lo
encontramos en esas condiciones.
Minutos después, toca a nuestra
puerta el conserje con un televisor de reemplazo. Con él, sostuvimos una
conversación muy interesante y que será la anécdota que resaltaré de esta
ciudad.
Como es costumbre, las personas
del hotel preguntan de dónde venimos.
-Somos argentinos- le respondió
mi esposo.
-¡Ah! ¡Argentinos!, nosotros
tenemos a “Carlitos” en la “Juve”- respondió el conserje entusiasmado. Y luego
remató – “e’ bruto, pero e’ bueno”.
No nos quedó más que sonreírle y
agradecerle por la pronta respuesta del
televisor.
En Torino, el argentino que nos
representa no es el Papa, ni Maradona, ni Evita. Es Carlitos Tevez… que es
bruto, pero es bueno. A mí, personalmente me gustó que no fueran los de
siempre.
Esta foto, la sacamos al día siguiente. Carlitos para todos. |
Salimos en busca de la cena. La
hallamos en un restaurant muy elegantemente decorado pero no es caro. Se llama
“La Spada Reale” Via Principe Amedeo, 53.
Y ahora, un breve recorrido para
bajar la cena y disfrutar de las luces de la ciudad.
Los adornos de la Piazza Vittorio Veneto. Su construcción
comenzó en el siglo XVII como patio de armas y durante la invasión de Napoleón,
se derribaron muros y se realizaron nuevas expansiones en el año 1810.
Piazza Vittorio Veneto |
Después de 1817 se decidió el
crecimiento de la ciudad hacia el río Po (ya hablaremos del Po) y la plaza se
terminó de construir en 1825. Primero, se la bautizó con el nombre de Vittorio Emanuele I. Pero después de la
Primera Guerra Mundial, se cambió para rendirle honor a la batalla Vittorio Veneto. Fue el último
enfrentamiento entre el reino de Italia y el imperio Austrohúngaro significando
la derrota de este último. Desde 1918 se
la conoce como la Piazza Vittorio.
Piazza Vittorio Veneto y la Via Po. |
Continuamos nuestro camino por la
via Po y fotografiamos a la Chiesa della Santissima Annunziata. Lo que vemos es una reconstrucción del
siglo XX, ya que su primera construcción se dio entre los años 1648 y 1656
durante el primer diseño de la plaza.
Via Po. |
Chiesa della Santissima Annunziata |
El paseo continúa hasta la Mole
Antonelliana. Es el edificio que representa a Torino y claro, tiene una
historia bastante interesante. En principio, su construcción (entre 1863 y
1888) albergaría a una Sinagoga, pero por ciertas desavenencias entre el
arquitecto Antonelli y la comunidad judía, el edificio se propuso para otros
fines y se le otorgaron nuevos terrenos a la comunidad judía para que
construyeran la sinagoga como ellos querían.
Mole Antonelliana |
A lo largo de toda su historia, este edificio ha sufrido distintas
reparaciones a causa de tormentas muy fuertes.
Mole Antonelliana |
Desde el año 2000, alberga al Museo Nazionale del Cinema.
Muy cercano a
este lugar, se encuentra un lugar relativamente nuevo (porque busqué en el mapa
de Google y no está con las decoraciones que yo fotografié) y que seguramente
debe ser lindo de visitar con niños en edad de entender algunas nociones de
ciencias. Les dejo el link para aquellos que quieran practicar italiano con sus
hijos. Se llama: El laboratorio de la curiosidad.
Yo tengo curiosidad… no sé si me
voy a dormir en 5 minutos, 5 segundos… Ya veremos.
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