miércoles, 28 de agosto de 2013

Costa Azul, Francia. Día 2


San Raphael

La Toilete

5 de agosto de 2013

Yo, que en la piel tengo el sabor

Amargo del llanto eterno

Que han vertido en ti cien pueblos

De Algeciras a Estambul

Para que pintes de azul

Sus largas noches de invierno.

A fuerza de desventuras,

Tu  alma es profunda y oscura.

 

Era cuestión de tiempo para que surgiera la necesidad de utilizar un baño público. Así fue, que esa mañana nos dirigimos con mi hija hasta el lugar.

Esta experiencia, me hizo reflexionar sobre un par de cosas. El baño es automático y cada vez que es utilizado, se limpia solo. No sé cómo lo hace, pero por lo menos se escucha desde afuera que algo se riega y otra cosas como algo que se rocía…
Saint Raphael

Y para rematar esta experiencia: no son gratuitos. ¿Cómo? ¿En la tierra de la igualdad, la fraternidad y la libertad… tengo que pagar para usar un baño público? €0,10 en este caso.

Volví a mi sombrilla, entre mates y la vista puesta en el horizonte azul… ya la pregunta estaba hecha. Y tuve que reflexionar largamente, para poder hacer otra pregunta: ¿Por qué relaciono  un derecho con la gratuidad? Creo que ahí está la clave de este embrollo.

No se trata de los €0,10 que hay que pagar…es una cuestión de actitud. Y quizás, por eso mismo, no entendí.
Saint Raphael

Los franceses descansan sobre tres ideales. Como la palabra lo indica, los ideales no se alcanzan nunca, aunque sí hay formas de acercarse. En este caso, casi todo el pueblo francés, está en igualdad de condiciones de pagar por el servicio de un baño público.

Pensé un rato largo. Tal vez, la gratuidad de las cosas no  es 100% beneficioso. Y quizás, la posibilidad de “hacer valer un derecho” sea más importante.

 

Le Sablettes

Hoy cenamos en un bar-restaurant frente al mar. Si bien,  el lugar estaba lleno y nosotros cenamos dentro, saqué una foto de otras mesas, sólo para que vean la vista romántica con la que se puede contar y disfrutar.
La vista romántica

Los platos que pedimos

Los platos que pedimos

Los platos que pedimos

Les Sablettes, Saint Raphael.

El segundo día perfecto, se termina.

 

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