San Raphael
“Una bacana”
4 de agosto de 2013
“Quizás porque mi niñez
sigue jugando en tu playa
y escondido tras las cañas
duerme mi primer amor,
llevo tu luz y tu olor
por donde quiera que vaya,
y amontonado en tu arena
guardo amor, juegos y
penas.”
La noche anterior fue de las mejores
noches, en cuanto a dormir y descansar se refieren. Creo que no me he despertado ni una sola vez,
desde que apoyé la cabeza en la almohada hasta que sonó el despertador.
La cama del hotel y las almohadas
son muy confortables. Eso es más que importante para levantarse de buen humor.
Retomando el plan de “desayunos
reducidos”, hoy estrenamos la jarra, los tecitos y comimos lo que queda del
bizcochuelo y la tarta. En la habitación de mis hijas hay una pequeña heladera,
así que podemos enfriar agua también.
Si bien prometí que este día
sería corto, resulta que no fue tan así.
Después del desayuno, nos fuimos
a la playa. En el camino, nos encontramos con una procesión. Estaba la calle principal cortada. Pero como
es domingo, no hay mucho tránsito.
La procesión |
La playa ya está cerca…y resulta
que, la arena no es para tanto. Lo que
sí puedo comprobar es que no hay viento. Y eso es maravilloso. Con nuestra
sombrilla de €10 (es muy barato…así que mejor que no haya ni brisa) disfrutaremos
de la mañana a orillas del mar
Mediterráneo.
Saint Raphael. |
Otro rumor que escuché, es sobre
el agua transparente. También es verdad. Uno se puede ver los pies cuando tiene
el agua al cuello. Y la tercera gran
noticia, la temperatura del agua: 24° grados… estoy en el paraíso. ¿Y cómo sé la temperatura del agua? Bueno, el
rescatista tiene anotado en la pizarra ese tipo de información.
Y la bandera color celeste… nunca
vi ese color. Es decir, en la costa
argentina siempre hay mucho viento y muchas olas… generalmente la bandera que
predomina es la roja y negra (de mar peligroso).
Puesto de rescatista |
El otro gran chisme…es lo que
acabo de deslizar: no hay olas. Lo cual hace parecer que todo sería más
aburrido, pero no es así. La gente va al agua con juguetes inflables y con
pelotas. Juegan y disfrutan de lo lindo.
Otra cosa que me llamó la
atención: los baños públicos y los duchadores. ¡Pero Estrellita! ¿Bajaste de la
montaña ayer? ¡Ay! ¡Es que en Argentina no se consigue! Y no se trata de ser
más o menos humanos… No es humanidad lo que nos falta. Nos falta URBANIDAD.
Saint Raphael. |
Esta ciudad balnearia, tiene
veredas… uno sale de la playa y hay veredas… Tranquila Estrellita, no llores,
te perjudicás.
Esta mañana es perfecta. Las
niñas juegan en el agua, el padre juega con las niñas…y yo los miro desde mi
sombrilla tomando mate…sin viento, ni pelotazos que amenacen con volarme un
diente. Como diría mi abuelo: una bacana.
El mate y Saint Raphael. |
On Tour
Por la tarde, decidimos caminar
hasta la ciudad balnearia limítrofe: Fréjus. Paseamos por el embarcadero. Un
velero más lindo que otro. Y también aprovechamos para mirar algún vestidito,
que nunca están de más…
Fréjus |
Entre otras cosas, compramos una
lona para tomar sol, porque con una sola no alcanza. Y llegamos hasta las playas de Fréjus. En
realidad, digo llegamos porque no se puede acceder directamente caminando por
la orilla. Hay rocas que van dividiendo las playas y además muchos veleros y
otras embarcaciones que tienen delimitado por donde entrar y salir.
Playas de Féjus |
Entre las “cosas raras” que vi,
fueron las boyas. Delimitan hasta donde puede ir un bañista. Algo extraño para mí, que
soy foca de la costa argentina. No hay problema, que con los 200 metros que
hay, me arreglo.
Hubo oportunidad de ver un
Étendard, avión de ataque francés, que está en exposición.
Ètendard |
Y las nenas se quedaron muy contentas
cuando vieron un montón de gatos aparecer entre arbustos cercanos. Eran
bastante cariñosos los felinos así que, se quedaron un rato con ellas.
Los gatitos |
Embarcadero de Fréjus |
Con paso obligado a una
heladería, nos volvemos al hotel para prepararnos y salir a cenar… ¿Seguía la
procesión? ¡Guau! ¡Esta vez era con antorchas y velas! Quedaba muy pintoresco,
aunque…mejor sigamos en busca de un restaurante.
Procesión |
Procesión |
Esta vez, fuimos a un lugar
llamado Le Petite Bouffe. Nos tocó una
mesa al aire libre y disfrutamos de
fuegos artificiales que se tiraban desde la playa. Tuvimos que esperar a que
nos preparen la mesa. No me gustaba mucho esto de que me digan “ten minutes”… y
después otros “seis minutes”… Me hacía gracia el seis, ni cinco ni diez… Es muy
francés para mí. Además, debíamos
esperar en “la vereda” porque si no estorbamos a las mozas… Yo mientras (con mi
administrativa a cuestas) le iba diciendo a mi esposo qué cosas se deben hacer
y qué no. Es que no tengo mucha paciencia. Aunque después de eso, la atención
fue muy amable. Hoy ya no había tanta gente en las calles. Es día de recambio,
y las cosas comienzan a desacelerarse.
Fuegos artificiales que vimos desde el restaurante. |
Hoy fue, un día perfecto…para
enmarcar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario