Berlín
03 de octubre de 2013
¡Qué hermosa que es Berlín! Así
empiezo este relato. Creo que no me guardé ninguna sorpresa. Estaremos
recorriendo durante 2 días y medio, algunos de sus puntos turísticos
principales. Además, estoy contenta por otra cosa: me deshice de un prejuicio.
¡Y eso, no es poca cosa! Ese será el misterio develado al final…
Más de 8 horas sobre la “madre
carretera” con la cintura cansada de recibir puntadas, llegamos a Berlín un
poco antes de las 15 horas. ¿Algún dato que nos pueda ilustrar el hecho de
ingresar a una ciudad importante? Sí, los faroles.
Nos alojamos en el hotel Fasanen
Haus. Y resulta ser que es un edificio enorme donde además de muchas otras
oficinas (y pensión), también se encuentra este hotel.
¿A cuántos de ustedes, les han enseñado a usar la llave de un hotel? ¿Cuántos de ustedes tuvieron que “practicar” el “abrir y cerrar” la puerta con un modelo en escala real en medio del vestíbulo? ¡Ajá! ¡Les gané!
Tal y como escuchan (yo pensé que
estaba entendiendo mal, lo que el conserje me hablaba en inglés), el conserje
nos presentó el modernísimo mecanismo que se utilizaba en la ciudad allá por
principios del siglo XX…y que aún conservan algunos edificios de Berlín. Hoy,
dejó de ser “modernísimo” para convertirse en “excéntrico, curioso…y hasta
pintoresco”.
Fasanen Haus Hotel |
Estrellita miraba con mucha
atención todo este tema del “nuevo sistema”…porque reconoce su torpeza innata y
lo que menos quiere es quedarse afuera y peor…romper una cerradura de más de
100 años.
La llave tiene forma de L, aunque
sus lados son exactamente iguales. La cerradura, tiene esa misma forma. Se
introduce la llave como cualquier otra, hasta girarla y llevarla a encastrar
exactamente las 2 L. Entonces, la puerta
se abre y la llave se aprieta hasta introducirla toda por la cerradura…
Semáforos de Berlín. |
La persona entra y cierra la
puerta. La llave, ahora está del lado de adentro también y sólo puede ser
extraída si se la vuelve a girar y por lo tanto, a cerrar la puerta CON llave.
Este mecanismo, tan sencillo es la
solución al bendito cartelito que se ven en algunos edificios de departamentos
que dice “sr vecino, por la seguridad de todos, cierre con llave” del siglo
XXI.
Hace más de 100 años que los
berlineses tienen la solución…y se ve que nadie “importó” la idea.
Ahora sí, a caminar por Berlín.
Vamos a ver cosas que quizás ya
han visto en otros blogs dedicados al turismo. Por eso, también quiero
mostrarles cosas que seguro no salen tanto.
Por ejemplo: el negocio de Apple
en Berlín. Es imponente… ¡ja! ¡Qué seguridad, muchachos! Ojalá les dure mucho.
Comercio de Apple en Berlín |
Nuestra siguiente parada es el Pendelobelisk.
Pendelobelisk. Año 2003 |
Y ahora, con ustedes: der
Ampelmann. ¿El hombrecito del semáforo tiene una historia? ¿Una historia?
¡Tiene una vida! Y también tiene varias cadenas de recuerdos en su nombre. Les
dejo el link con la historia. Aunque permítanme contarles en pocas líneas. El
hombrecito del semáforo, nació en los años 60´ en Alemania Oriental
precisamente para ordenar el tránsito entre los peatones y los automóviles. Los
alemanes del este, se identificaron profundamente con esta figura. Cuando
ocurrió la reunificación de las 2 Alemanias, pensaron en reemplazarlo por la
otra figura del semáforo (la que conocemos nosotros) pero encontraron una gran
oposición por parte de los ciudadanos (sobre todo por los del este) ya que
vieron ese gesto como una “pérdida de identidad”. Entonces, se decidió dejar al
Ampelmann. Y no sólo eso, también se reemplazaron otros semáforos de otras
ciudades de Alemania para que pudiera estar en todo el país (En Saarbücken,
donde vivimos, hay 4). Y después llegaron los negocios de suvenires… El
Ampelmann sucumbió al capitalismo…y no saben lo bien que está.
Ampelmann |
Los comercios del Ampelmann |
El mini-recorrido de hoy, nos
trae hasta el Berlin Theater des Westens. El teatro de variedades y musicales
más famoso de Berlín.
Berlin Theater des Westens |
Como nos ocurrió en Frankfurt,
vemos las tuberías al aire libre. También hay olor… no sé qué problema habrá
pero, debe ser serio para que no se puedan romper las veredas y colocar eso
bajo tierra…
Una iglesia que queríamos visitar
es la Evangelista Kaiser Wilhelm Gedächtnis. Se tratan de unas ruinas
(consecuencia de una bomba en 1943) que
quedaron así desde la 2° Guerra Mundial. En realidad, no se podía reconstruir
porque el riesgo del derrumbe era muy alto. Entonces, se construyó una nueva
iglesia justo al lado, entre 1959 y 1961.
Kaiser Wilhelm Gedächtnis |
Kaiser Wilhelm Gedächtnis |
Sólo se pueden ver una pequeña
parte de lo que quedó de la iglesia anterior y les traigo un dato que contaba
allí. Para financiar la construcción de la nueva iglesia, el correo acuñó
monedas de oro y también emitió estampillas. Eso fue en el año 53’. Ahora,
están recolectando dinero para restaurar la torre que quedó.
Ruinas de la Kaiser Wilhelm Gedächtnis |
Kaiser Wilhelm Gedächtnis |
En Berlín se mezcla de todo. A
pocos metros de allí, nos encontramos con una obra de arte hecha en diferentes
metales, que regaló el Deutsch Bank a la ciudad de Berlín con motivo de su 750°
aniversario de su fundación. No me gustó mucho…pero bueno, un regalo…es un
regalo.
El regalo del Deutsch Bank |
Llegamos a la entrada del acuario
y al zoo. Como no entro a estos lugares, no les puedo contar nada… Yo pensé que
el zoo era un jardín japonés… por el estilo de la puerta.
Acuario de Berlín |
Zoo de Berlín |
Tenemos que cruzar los jardines
de Berlín llamado Tiergarten (algo parecido a los Parques de Palermo) para
llegar a nuestro próximo destino: Die Großer Stern und Siegessäule (La gran
estrella y la columna de la victoria).
Tiergarten |
Columna de la Victoria |
Al igual que en París y su arco
de la Victoria, también aquí hay túneles que nos llevan al centro y así poder
admirar más de cerca la columna. También se puede subir para disfrutar del
paisaje. No sé, si hay que pagar…porque
no subí (En algunos blogs no se menciona nada en cuanto a pagar). Ustedes saben
que últimamente, huyo de las filas y las esperas…
Bajo relieves de la columna de la victoria. |
¿A qué adivinan? Tiene historia
la Columna de la Victoria. Terminada en 1874 para conmemorar diferentes
victorias prusianas (entre ellas una sobre Francia), fue trasladada a la Gran
Estrella durante la época de la Alemania Nazi, con el objeto de protegerla y
porque además estaban diagramando cómo sería la ciudad nueva. Los franceses, a
modo de venganza, se llevaron los bajo relieves que aludían a la derrota
francesa a manos de los prusianos. Incluso, querían dinamitar la columna
(estaban calientes los muchachos perfume) pero los otros aliados se opusieron.
Columna de la Victoria. |
Los relieves fueron devueltos a
Berlín, con motivo de su 750° aniversario de la fundación de la ciudad, en
1987. Aunque no se devolvieron todos… Habrá que esperar otro cumpleaños…capaz
que para alguna Navidad, no hay precisiones al respecto.
Estamos sobre la Straße des 17
Juni, y veo una vuelta al mundo a lo lejos. ¡Quiero ir! Son unas cuantas
cuadras hasta donde se encuentra la vuelta al mundo. Aunque no era lo que yo
pensaba: no hay otros juegos. Lo que sí
hay a montones son puestos de comidas y juegos de feria. También un par de
escenarios. De tanto caminar, llegamos a las espaldas de la Puerta de
Brandemburgo.
Straße des 17 Juni |
También pasamos por el monumento
a los soldados soviéticos caídos. Pero estaba cerrado. Por suerte no lo
taparon, sólo tiene un vallado.
Monumento a los soldados caídos soviéticos |
Al rato, vemos en una pantalla
gigante a un presentador anunciando los artistas que saldrán a escena. Unos
jovencitos simpáticos. A juzgar por el griterío, deben ser recontra famosos
entre los adolescentes alemanes. Para mí, son “Los Mambrú orientales”… Tengo
hambre, quiero ir a buscar un restaurante.
En medio de la celebración del 3 de octubre. Día de la reunificación. |
Buaaaaaaaaaaaaa,
buaaaaaaaaaaaaaaa. ¡Hay que caminar todo eso otra vez! No hay subtes por acá
que nos lleven hasta allá. Doble bua. Tenemos que volver hasta la Kaiser Wilhelm
Gedächtniskirche. Allí habíamos visto una cafetería italiana con precios
bastante accesibles.
Antes de llegar a la confitería,
nos encontramos con la estatua de Alexander von Humboldt. Fue considerado uno
de los últimos grandes ilustrados del siglo XVIII y principios del XIX. Ya
veremos mañana su nombre en otros lugares.
Humboldt. |
¡Salud! |
¡A su salud!
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