jueves, 24 de octubre de 2013

Berlín, Alemania. Parte 1/3.


Berlín

03 de octubre de 2013

¡Qué hermosa que es Berlín! Así empiezo este relato. Creo que no me guardé ninguna sorpresa. Estaremos recorriendo durante 2 días y medio, algunos de sus puntos turísticos principales. Además, estoy contenta por otra cosa: me deshice de un prejuicio. ¡Y eso, no es poca cosa! Ese será el misterio develado al final…

Más de 8 horas sobre la “madre carretera” con la cintura cansada de recibir puntadas, llegamos a Berlín un poco antes de las 15 horas. ¿Algún dato que nos pueda ilustrar el hecho de ingresar a una ciudad importante? Sí, los faroles.

Nos alojamos en el hotel Fasanen Haus. Y resulta ser que es un edificio enorme donde además de muchas otras oficinas (y pensión), también se encuentra este hotel.

¿Alguna cosa particular? Sí: La cerradura de la puerta principal.

Interior del hotel Fasanen Haus.
 

¿A cuántos de ustedes, les han enseñado a usar la llave de un hotel? ¿Cuántos de ustedes tuvieron que “practicar” el “abrir y cerrar” la puerta con un modelo en escala real en medio del vestíbulo? ¡Ajá! ¡Les gané!
Tal y como escuchan (yo pensé que estaba entendiendo mal, lo que el conserje me hablaba en inglés), el conserje nos presentó el modernísimo mecanismo que se utilizaba en la ciudad allá por principios del siglo XX…y que aún conservan algunos edificios de Berlín. Hoy, dejó de ser “modernísimo” para convertirse en “excéntrico, curioso…y hasta pintoresco”.

Fasanen Haus Hotel
Estrellita miraba con mucha atención todo este tema del “nuevo sistema”…porque reconoce su torpeza innata y lo que menos quiere es quedarse afuera y peor…romper una cerradura de más de 100 años.

La llave tiene forma de L, aunque sus lados son exactamente iguales. La cerradura, tiene esa misma forma. Se introduce la llave como cualquier otra, hasta girarla y llevarla a encastrar exactamente  las 2 L. Entonces, la puerta se abre y la llave se aprieta hasta introducirla toda por la cerradura…

Semáforos de Berlín.
La persona entra y cierra la puerta. La llave, ahora está del lado de adentro también y sólo puede ser extraída si se la vuelve a girar y por lo tanto, a cerrar la puerta CON llave. Este mecanismo, tan  sencillo es la solución al bendito cartelito que se ven en algunos edificios de departamentos que dice “sr vecino, por la seguridad de todos, cierre con llave” del siglo XXI. 

Hace más de 100 años que los berlineses tienen la solución…y se ve que nadie “importó” la idea.

Ahora sí, a caminar por Berlín.

Vamos a ver cosas que quizás ya han visto en otros blogs dedicados al turismo. Por eso, también quiero mostrarles cosas que seguro no salen tanto.

Por ejemplo: el negocio de Apple en Berlín. Es imponente… ¡ja! ¡Qué seguridad, muchachos! Ojalá les dure mucho.

Comercio de Apple en Berlín
Nuestra siguiente parada es el Pendelobelisk.
 

Pendelobelisk. Año 2003

Y ahora, con ustedes: der Ampelmann. ¿El hombrecito del semáforo tiene una historia? ¿Una historia? ¡Tiene una vida! Y también tiene varias cadenas de recuerdos en su nombre. Les dejo el link con la historia. Aunque permítanme contarles en pocas líneas. El hombrecito del semáforo, nació en los años 60´ en Alemania Oriental precisamente para ordenar el tránsito entre los peatones y los automóviles. Los alemanes del este, se identificaron profundamente con esta figura. Cuando ocurrió la reunificación de las 2 Alemanias, pensaron en reemplazarlo por la otra figura del semáforo (la que conocemos nosotros) pero encontraron una gran oposición por parte de los ciudadanos (sobre todo por los del este) ya que vieron ese gesto como una “pérdida de identidad”. Entonces, se decidió dejar al Ampelmann. Y no sólo eso, también se reemplazaron otros semáforos de otras ciudades de Alemania para que pudiera estar en todo el país (En Saarbücken, donde vivimos, hay 4). Y después llegaron los negocios de suvenires… El Ampelmann sucumbió al capitalismo…y no saben lo bien que está.

Ampelmann
Los comercios del Ampelmann
 

El mini-recorrido de hoy, nos trae hasta el Berlin Theater des Westens. El teatro de variedades y musicales más famoso de Berlín.

Berlin Theater des Westens

Como nos ocurrió en Frankfurt, vemos las tuberías al aire libre. También hay olor… no sé qué problema habrá pero, debe ser serio para que no se puedan romper las veredas y colocar eso bajo tierra…

Una iglesia que queríamos visitar es la Evangelista Kaiser Wilhelm Gedächtnis. Se tratan de unas ruinas (consecuencia  de una bomba en 1943) que quedaron así desde la 2° Guerra Mundial. En realidad, no se podía reconstruir porque el riesgo del derrumbe era muy alto. Entonces, se construyó una nueva iglesia justo al lado, entre 1959 y 1961.

Kaiser Wilhelm Gedächtnis

Kaiser Wilhelm Gedächtnis
Sólo se pueden ver una pequeña parte de lo que quedó de la iglesia anterior y les traigo un dato que contaba allí. Para financiar la construcción de la nueva iglesia, el correo acuñó monedas de oro y también emitió estampillas. Eso fue en el año 53’. Ahora, están recolectando dinero para restaurar la torre que quedó.

Ruinas de la Kaiser Wilhelm Gedächtnis

Kaiser Wilhelm Gedächtnis
En Berlín se mezcla de todo. A pocos metros de allí, nos encontramos con una obra de arte hecha en diferentes metales, que regaló el Deutsch Bank a la ciudad de Berlín con motivo de su 750° aniversario de su fundación. No me gustó mucho…pero bueno, un regalo…es un regalo.

El regalo del Deutsch Bank
Llegamos a la entrada del acuario y al zoo. Como no entro a estos lugares, no les puedo contar nada… Yo pensé que el zoo era un jardín japonés… por el estilo de la puerta.

Acuario de Berlín

Zoo de Berlín
Tenemos que cruzar los jardines de Berlín llamado Tiergarten (algo parecido a los Parques de Palermo) para llegar a nuestro próximo destino: Die Großer Stern und Siegessäule (La gran estrella y la columna de la victoria).

Tiergarten

Columna de la Victoria
Al igual que en París y su arco de la Victoria, también aquí hay túneles que nos llevan al centro y así poder admirar más de cerca la columna. También se puede subir para disfrutar del paisaje.  No sé, si hay que pagar…porque no subí (En algunos blogs no se menciona nada en cuanto a pagar). Ustedes saben que últimamente, huyo de las filas y las esperas…

Bajo relieves de la columna de la victoria.
¿A qué adivinan? Tiene historia la Columna de la Victoria. Terminada en 1874 para conmemorar diferentes victorias prusianas (entre ellas una sobre Francia), fue trasladada a la Gran Estrella durante la época de la Alemania Nazi, con el objeto de protegerla y porque además estaban diagramando cómo sería la ciudad nueva. Los franceses, a modo de venganza, se llevaron los bajo relieves que aludían a la derrota francesa a manos de los prusianos. Incluso, querían dinamitar la columna (estaban calientes los muchachos perfume) pero los otros aliados se opusieron.

Columna de la Victoria.
Los relieves fueron devueltos a Berlín, con motivo de su 750° aniversario de la fundación de la ciudad, en 1987. Aunque no se devolvieron todos… Habrá que esperar otro cumpleaños…capaz que para alguna Navidad, no hay precisiones al respecto.



Estamos sobre la Straße des 17 Juni, y veo una vuelta al mundo a lo lejos. ¡Quiero ir! Son unas cuantas cuadras hasta donde se encuentra la vuelta al mundo. Aunque no era lo que yo pensaba: no hay otros juegos.  Lo que sí hay a montones son puestos de comidas y juegos de feria. También un par de escenarios. De tanto caminar, llegamos a las espaldas de la Puerta de Brandemburgo.

Straße des 17 Juni
También pasamos por el monumento a los soldados soviéticos caídos. Pero estaba cerrado. Por suerte no lo taparon, sólo tiene un vallado.

Monumento a los soldados caídos soviéticos
Al rato, vemos en una pantalla gigante a un presentador anunciando los artistas que saldrán a escena. Unos jovencitos simpáticos. A juzgar por el griterío, deben ser recontra famosos entre los adolescentes alemanes. Para mí, son “Los Mambrú orientales”… Tengo hambre, quiero ir a buscar un restaurante.

En medio de la celebración del 3 de octubre. Día de la reunificación.
Buaaaaaaaaaaaaa, buaaaaaaaaaaaaaaa. ¡Hay que caminar todo eso otra vez! No hay subtes por acá que nos lleven hasta allá. Doble bua. Tenemos que volver hasta la Kaiser Wilhelm Gedächtniskirche. Allí habíamos visto una cafetería italiana con precios bastante accesibles.

Antes de llegar a la confitería, nos encontramos con la estatua de Alexander von Humboldt. Fue considerado uno de los últimos grandes ilustrados del siglo XVIII y principios del XIX. Ya veremos mañana su nombre en otros lugares.

Humboldt.

¡Salud!
¡A su salud!

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