martes, 21 de mayo de 2013

Boulogne Sur Mer, Francia.


Boulogne Sur Mer, Francia

18 de mayo de 2013

 

Hoy volveremos a la bella Francia, pero a un lugar muy especial para los argentinos: Boulogne Sur Mer. ¿Qué hay aquí? En esta bella ciudad, que también se ubica a orillas del Canal de la Mancha, se encuentra la última casa que habitó el padre de la patria  argentina: General Don José de San Martín.

En Boulogne Sur Mer
Llegamos cerca de las 13 horas, así que tuvimos tiempo para almorzar y pasear un rato, antes de llegar a la casa del General. Les cuento que este museo tiene un horario cortado, por lo que reabre sus puertas a partir de las 14 horas hasta las 18.

En Boulogne Sur Mer
En nuestro recorrido, vemos las murallas de la antigua ciudad que data del imperio romano. Fue la base de la flota romana que se utilizó para conquistar Britania

En Boulogne Sur Mer. Murallas de la ciudad.
Después de nuestro almuerzo, seguimos caminando y encontramos también un reconocimiento a la resistencia francesa que luchó durante la Segunda Guerra Mundial. Acá también los tulipanes adornan la escena.

Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial

Los tulipanes
Por suerte, hay sol pero también mucho viento. Estrellita estaba cansada de usar campera siempre…así que sufrió un poco el fresco durante el paseo. Ahora estamos en la Plaza de Armas.

Plaza de armas
Llegamos a la Basílica de Notre-Dame, construida alrededor del 1100 (en realidad, ya había otra iglesia que databa del siglo V  durante el imperio romano…pero se destruyó también) y destruida en la época de la Revolución Francesa. Entre los años 1827 y 1866 fue reconstruida.

Basílica de Notre-Dame
Pero la Basílica también está cerrada. Así que nos fuimos a ver la muralla y contemplar la vista desde arriba.

Subiendo por la escaleras de la muralla
Después de allí, nos dirigimos al castillo edificado en la época medieval. En la actualidad se encuentra el museo de Boulogne  Sur Mer que tiene antigüedades de Grecia, América y Egipto.

 
Dentro del Castillo, hoy museo

Ahora sí, salimos de la fortificación y nos vamos a una calle diagonal. No hay que caminar tanto. Levantamos la vista, para ver nuestra bandera blanca y celeste junto a la bandera francesa.  En la Grande Rue 113 se encuentra esta casa.
Casa del General Don José de San Martín
 

Llegamos y bastante acostumbrados a entrar a museos, hicimos lo que siempre…abrimos la puerta. Pero para sorpresa nuestra, estaba cerrada. Hay que tocar timbre. No hay problema. Nos recibió un señor con un “Buenas”… Yo, casi no necesitaba más. Será que a uno lo agarra la nostalgia que acecha tras la puerta, como dice Serrat…

Interior de casa del General Don José de San Martín
El señor, es el encargado de la casa y nos pregunta si somos de la escuela de París. Le decimos que no, sólo somos turistas y explicamos nuestra situación.  Él también explica que está esperando a un contingente de gente (de esa escuela) pero que cualquier duda que tengamos, podemos consultarle a él.

Planta baja
Aprovechando los minutos que tenía libre, nos explicó algunas cosas de la casa.  Entre otras cosas, esta casa, nunca perteneció al General San Martín y llegó aquí a causa de la situación peligrosa que se atraviesa en París por la revolución de 1848. Entonces, el General y su hija son recibidos abogado Adolphe Gérard y vivieron durante los últimos dos años.
planta alta
 

En el año 1926 el Estado Argentino, adquirió la casa. Donde primero se instaló el consulado y luego en 1934 se inauguró el museo tal y como lo conocemos.
El patricio y el granadero de Ecuador.
 

Otro dato curioso…es que la entrada es gratuita, no hay audio guía ni folleto que ahonde en peculiaridades del “Tatita” (como le decía cariñosamente su hija Mercedes) y para rematar: el ascensor no funciona. Sean libres de recorrer todo lo que quieran…

Dormitorio del General
Empezamos por la planta baja, donde encontramos una biblioteca dedicada, hoy, a la historia argentina y también a recopilar libros sobre la biografía sobre El Libertador.

En el primer piso.
El folleto que tenemos en nuestras manos, nos explica que los objetos existentes en la casa, corresponden a copias o muebles similares a los que había en ese entonces. Los originales, fueron trasladados al Museo Histórico Nacional de Buenos Aires, Argentina.

En el patio.
Y no es que reniegue de esto… ¿Acaso vas a renegar de algo Estrellita? Sí, voy a renegar.  No es que me moleste la ausencia de originales, el tema es (salvando excepciones, como por ejemplo, en el caso del sable corvo del General) la pobreza de las imitaciones.

Casa del General San Martín.
Podría decirse que la situación de nuestro país, también se traslada a otros puntos del planeta donde un argentino, algo habrá hecho. Digamos que la imposibilidad de utilizar el elevador no es un tema que me afecte, porque no tengo problemas motores para subir escaleras… Igualmente me hubiera gustado saber ¿desde cuándo está roto? Menos pregunta Dios…

Sable corvo
Pero la emoción era todavía más grande…estas cosas no pueden desalentar. No tanto como ver fotocopias de la carta de Merceditas en el momento que anuncia el deceso de su padre… ¿fotocopias? Sí, fotocopias…eso me causó tristeza. ¿Y la tierra que tenían sobre los hombros los maniquíes del patricio, el granadero y otros soldados? Eso, me pareció más triste. Quizás la tierra data desde la inauguración del museo. Esperemos que cumplan 100 años y así, pueden  tener algún valor histórico. Estrellita, ¡aflojá con tanta crítica! ¡Pero qué querés! Si veo los bigotes despegados del granadero y me agarra una sensación extraña, cierto orgullo herido… que dan ganas de buscar “La gotita” y ver si se puede arreglar…y ya que estoy, me pongo con el plumero…y si me dejan, averiguo cuánto sale arreglar el elevador y hacemos una “vaquita” entre todos. No sé…es mi casa también, es nuestra.

Cuarto de Mercedes
 Esa sensación de pertenencia, ese hogar grande…que uno no nota que lo quiere hasta que le dicen “Buenas” después de diez meses de estar afuera. Y sí, el General era un hombre sencillo y austero, seguro que todas estas pequeñeces no lo habrían incomodado. Pero no se trata de su comodidad…se trata de cómo rendimos homenaje nosotros, quienes le debemos una buena parte de lo que tenemos.
 

Quiero que me expliquen por qué cuando fui a la casa de Mozart, pagué entrada. Cuando fui a la casa de Freud, pagué entrada. Cuando fui a la casa de Marx, pagué entrada. Cuando fui a la casa de Monet, pagué entrada. Y ahora, que estoy en la casa del hombre que luchó por la liberación de Argentina, Chile y Perú…sólo hay una cajita tímida que dice “se reciben colaboraciones para la preservación de la casa”.  ¡Estamos en Francia! Donde el servicio se cobra. Donde el esfuerzo se reconoce. Y me pregunto ¿No se merece, el General San Martín el pago de una entrada? Yo opino que sí se merece. Dejamos el valor de lo que más o menos cuesta una entrada familiar.  Al fin y al cabo, llegar hasta acá no es una epopeya, más bien es un privilegio.

San Martín esperó 20 años para volver a su amada patria y no pudo lograrlo. De pronto me vino a la cabeza una duda que se instaló como esas preguntas que hacen los chicos y si no la respondés, te vuelven loca. ¿Qué hizo el General durante tanto tiempo? Para mi tranquilidad, hay unos cuantos blogs que pueden ilustrarnos. Les puedo decir, que debe haber sido de las pocas personas que luego de hacer un sacrificio inmenso por la liberación de los pueblos (dejando su salud por el piso),  ha gozado de una vida en familia, tranquila en compañía de su hija, yerno y dos nietas. Quizás, el cielo…o el destino (quién sabe) le permitió vivir el paraíso en la Tierra, llevando su reumatismo lo mejor posible y llegando a la vejez con la lucidez de siempre. ¡Qué mejor premio para alguien, después de tanto batallar, volver a su casa con su familia…!

Las playas de Boulogne Sur Mer.
Salimos del museo y fuimos en busca del monumento de San Martín que está a orillas del mar…lo encontramos de inmediato, sin mapa y con suerte.

Monumento al General a orillas del mar.
Ya debemos ir por nuestro segundo destino…mi final es cantado. Quiero compartir con argentinos y con aquellos que no sean argentinos pero que lean estas líneas, las máximas que “Tatita” le dejó a su hija Mercedes cuando murió.

  1. Humanizar el carácter y hacerlo sensible aun con los insectos que nos perjudican. [
  2. Inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira.
  3. Inspirarle una gran confianza y amistad, pero unida al respeto.
  4. Estimular en Mercedes la caridad con los pobres.
  5. Respeto sobre la propiedad ajena.
  6. Acostumbrarla a guardar un secreto.
  7. Inspirarle sentimientos de indulgencia hacia todas las religiones.
  8. Dulzura con los criados, pobres y viejos.
  9. Que hable poco y lo preciso.
  10. Acostumbrarla a estar formal en la mesa.
  11. Amor al aseo y desprecio al lujo.
  12. Inspirarle amor por la Patria y por la Libertad

 

Algunos sitios de donde saqué alguna información para respaldar lo que conté.

 




 

 

 

 

 

 

 

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