Frankfurt
03 de marzo de 2013
Durante la semana, estuvimos
pensando nuestro próximo destino. Entre
ciudades más pequeñas y una bien moderna e imponente, elegimos a Frankfurt. Ya
estuvimos dos veces…pero en el aeropuerto internacional que está en las afueras.
Para estrenar la licencia de
conducir nos esperan dos horas de autopistas.
Hoy buscamos casas “históricas”, calle de la sidra y también edificios
vidriados altos y luminosos. ¿Podrán convivir el siglo XVIII, XIX, XX y XXI? Ya
veremos.
Después de dos vueltas a la
manzana hasta hallar la entrada al estacionamiento del teatro, nos adentramos
en el subsuelo de Frankfurt y por fin llegar a la máquina expendedora de
tickets. Y como esperábamos un ticket,
sorpresa fue cuando recibimos una ficha roja. ¿Y esto? ¿Se canjea en alguna parte? ¿Se mete en
alguna otra máquina a cambio de un tickets?
¿Se mete en el bolsillo? Hagamos una protesta: ¡Tickets sí, fichas no!
Ay Estrellita... ¿Te tengo que hacer una trasfusión de sangre? Ya sabemos de tu condición, de argentina,
pero acá la gente no arma protestas por estas cosas… ¿Y si mejor tratamos de
buscarle la lógica a la ficha? Con
tantas cosas por visitar “arriba” (estamos en el subsuelo, no olvidemos),
metamos la ficha en el bolsillo y a la vuelta veremos.
Ya estamos con los pies en la
tierra. Y nuestra primera vista es el río Main y el parque Niza. El recorrido es agradable. Estamos en
invierno y los árboles dan cuenta de eso.
A pesar del frío, es un día soleado.
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Parque Niza |
Entre los paisajes, vemos un
salpicado de edificios bajos y aspecto antiguo en la ribera del río y otro tipo
de estructuras más modernas en el centro de la ciudad. La postal que combina ambas expresiones de la
arquitectura habla de una ciudad futurista y excéntrica.
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Río Main |
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La ciudad futurista y excéntrica |
Cruzamos el río porque nuestro
primer punto de interés tiene que ver con el mercado de pulgas que se extiende
en el parque a orillas del río y la calle de los museos. (El mercado de pulgas
no estaba.)
Al otro lado, nos encontramos con
el Instituto de
Arte y Galería Municipal Städel. Incluye obras de los siglos XIV al XX. Un dato interesante, es que durante los
años treinta, los Nacional Socialistas consideraban a las obras como “arte
degenerado” y confiscaron varios cuadros y láminas. Como otros edificios de la ciudad, sufrió
daños severos durante la 2° Guerra Mundial. Fue reconstruido en 1966. ¿Pero
quiénes eran los “degenerados” Estrellita?
¡Ah! Los mismos de siempre Beckmann, Cranach entre
otros… Un día se es “generador de arte”
y al otro se convierte en “arte
degenerado”. Fue una horrible realidad.
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Arte y Galería Municipal Städel |
Desde aquí, podemos tener una idea de la ciudad
futurista y excéntrica como dije antes.
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Ciudad futurista y excéntrica |
También pasamos por el frente del Museo de
Arquitectura y el Museo de Filmes.
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Museo de arquitectura |
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Museo de filmes |
Nos dirigimos a la calle de la sidra. Porque
Frankfurt es conocida por su tradición de machacar manzanas.
Durante el camino sacamos fotos a las fachadas de
los comercios. Entre tantas imágenes, está la Oppenheimer Platz.
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Oppenheimer Platz |
De lejos, vemos la St. María Kirche, construida en
1182 y funcionó primero como hospital. Le dimos la vuelta a la manzana y
pudimos ver la “parte trasera” de la iglesia.
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St María Kirche |
Llegamos a la zona alcohólica, y parece que muy
temprano. A las 12.30 horas, los bares están cerrados. Por relatos anteriores,
sabrán de mi poca (para no decir ninguna) cultura alcohólica. Podría decirse
que el mejor momento en que puede pasear una familia con niñas y niños es
ese. ¿Un detalle? Los nombres de varios
bares son latinos. Vimos negocios de Colombia, España, otros que hacen alusión
al Caribe, a la salsa y otros ritmos americanos.
¿Y las manzanas dónde están? En el piso, entre los
adoquines, encontramos manzanas. La
apertura de los bares es a partir de las 14 horas o más tarde y se extienden
hasta las 23 horas aproximadamente.
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Las manzanas en la zona de bares |
¡Alto! ¡Alto! ¿¡Qué es eso en el fondo?! ¿Una sede
del partido justicialista? ¿Una sede del Racing Club de Avellaneda? Ese celeste
y blanco me suena, me suena…nos atrae como si fuera un imán. Y con el sol en el medio no nos queda ninguna
duda: estamos ante un negocio de recuerdos en medio de Mar del Plata. ¡No
Estrellita!- ¿No? ¿No se mudó la feria
de Mataderos? ¡Pero por favor, Estrellita! ¿Seguro que no tomaste sidra? Estamos frente a un negocio de “Argentinische
Spezialitäten”
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“Argentinische Spezialitäten” |
Cruzamos la calle raudamente, eso sí, miramos a
ambos lados. Y con la ñata contra el
vidrio mirábamos como si se tratara de tesoros traídos del lejano…occidente. ¿Y
desde cuándo el dulce de batata Orieta es “lo más”? Y…desde que vivo acá…diría
hasta que el alfajor “Fulbito” es lo más rico que hay! Un vidrio de por medio y
un horario recontra inconveniente (13.30 a 17.15 horas) nos separaba de Los
Havanna, las yerbas, el dulce de batata, algunos vinos, dulce de membrillo, el
dulce de leche Salamandra y otras cosas argentinas. El restaurant contiguo (supongo que es el
mismo dueño argentino) tenía un horario más accesible, después de las 18 horas
está abierto. Con la ilusión de comer
empanadas, seguimos nuestro recorrido. Nos quedaríamos hasta la noche y nuestra
misión será: comer banana con dulce de leche de postre o flan casero, depende.
Nuestro viaje continuó por la zona de los bares,
sacando fotos a los más pintorescos o con fachadas de la época medieval.
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Bar de la época medieval |
Salimos de allí y nos dirigimos a nuestra primera
iglesia: Dreikönigskirche del año 1340, protestante.
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Dreikönigskirche |
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Interior de Dreikönigskirche |
Al salir de Dreikönigskirche y vemos el Puente de
Hierro que cruzaremos para llegar al casco histórico. Se puede observar la torre de la Catedral San
Bartolomé y también desde el puente, le sacamos la foto a Dreikönigskirche, así
se aprecia mejor.
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Puente de hierro. |
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La Dreikönigskirche, vista desde el puente de hierro. |